CATARSIS EN EL PP
Una catarsis, entre algunas acepciones, si nos referimos a la biología, es la expulsión espontánea, o provocada, de sustancias nocivas al organismo. Yo creo que los dirigentes del Partido Popular, ante el chaparrón que les está cayendo encima, debieran emplear una catarsis para purificar el aire dentro de sus filas, o bien usar un bisturí para cortar de raíz el “tumor” que a todos los españoles cada día que pasa, nos va dejando perplejos. Lo podemos ver en la televisión, en los periódicos, en las tertulias de la radio, en todas las áreas de la sociedad. No hay reunión que no haya algún comentario al respecto. Luego debieran emplear un “salfumán anticorrupción”, y desinfectar a fondo todos los rincones, echando a la basura todo lo malo, la que daña la buena imagen del partido, y por ende de todas las personas honradas que pertenecen a él, que son la inmensa mayoría. Decía el viejo profesor, el que fuera Alcalde de Madrid, D. Enrique Tierno Galván, que los gobernantes debieran tener los bolsillos de cristal, y yo digo, claro, pero que no sea opaco. También deben tener en cuenta que si hacen todo de esa manera tan higiénica, los españoles, pertenezcan o no a ese partido, respetándolo como a cualquier otro, no les van a demandar nada, muy al contrario, como toda limpieza interna, como es la evacuación de los intestinos y vejigas, siempre son bienvenidos; y no estar a verlas venir; porque si es esto último como creen que lo están haciendo bien, en las urnas los van a recibir como se merecen, porque existe la paradoja que los votantes de un partido jamás se hacen responsables de los fracasos de los que han votado, como está ocurriendo actualmente .
domingo, 22 de febrero de 2009
viernes, 20 de febrero de 2009
Fallida excursión a Portugal
FALLIDA EXCURSIÓN A PORTUGAL
Como sabrán, hay organizaciones de vecinos, y también programas del Imserso, que promueven viajes, para los denominados Mayores, por toda España y Portugal. Que no sé porqué les llaman: Senior, en inglés, ya que en castellano quiere decir: Mayor de edad, más antiguo, etc,. Quizás el responsable del ministerio de esos cartelitos en los autocares, donde transportan a estas personas sea una que pretende y admira a otras de mayor rango social, un “sine nobilitate”: persona “sin título nobiliario”, lo que comúnmente conocemos como un snob. La verdad es que algunos de estos viajes valen la pena, porque son económicos, y asequibles, para las escuálidas pensiones de muchos jubilados, y también son guiadas por expertos en turismo, muy simpáticos, que te enseñan todo lo referente a los lugares que visitas. También haces amigos, y a pesar de tu edad estas charlas, con gente de otras tierras, te enriquecen mucho, en todos los aspectos. Hace pocos días, en Galicia, con mucha ilusión, lo que parecía una excursión, a 15 euros por persona, pasó de ser un viaje a Portugal, a un mitin del Bloque Nacionalista Gallego (BNG). Uno de los viajeros se quejaba: “Como somos viejos, nos tratan como a ganado, y en vez de ir a Portugal, que es donde estaba proyectado el viaje, aquí estamos escuchando a estos señores, y aunque soy viejo, no soy idiota”. Y llevaba toda la razón el señor. A santo de qué les cambian un viaje, proyectado de antemano, por una reunión en un hotel, para escuchar a un tío, que quizás no sea de su cuerda política, diciéndoles que sus pensiones serán aumentadas si le votan a él. En los treinta años que disfrutamos de democracia, aún no he escuchado a ningún político hacer la propuesta de que las viudas, al fallecer sus maridos, les quede la pensión igual que si fuese al contrario. Todos sabemos que si un matrimonio, en que la esposa fallece, al marido le descuentan una miseria, que es lo que cobraba por ella, pero si es al contrario, a la esposa le queda un puñado de higos secos, como diría mi amigo Rafael, poco antes de que se le olvidara de respirar. Como sabrán el 22% de la población gallega tiene más de 65 años, por eso, Fraga, como lo sabía, y como un voto es un voto, y hay que ir a por él, se los trabajaba con merendolas, y queimadas camperas, y muy bien que hacía. El enfermero Anxo Quintana, del BNG, para no ser menos, hace igual, pero reuniéndolos en un salón, como hacen los vendedores de vajillas cartujanas, de mantas eléctricas, y un sin fin de electrodomésticos, en muchos de esos viajes baratos para “viejos”, que hasta que éstos no se han tragado la charla de la venta, (en este caso política en contra de su contrario), no pueden ir al comedor a papear, y ni tan siquiera a echar su meadita. Muchos de estos políticos, buscando esos votos, son capaces de adivinar qué es lo que pasará en el futuro, y luego, si no es así como ha ocurrido, tienen la osadía, o la demagogia, de explicar, sin que se les arrugue una mijita la conciencia, porqué no ha ocurrido. Digo esto porque el enfermero Quintana, como suelen hacer muchos políticos, ignorantes sobre la Historia de nuestra ciudad, que por desgracia son muchos, hace algún tiempo, se descolgó despotricando sobre la españolidad de Melilla, y como todos, inclusive los masca-brevas de la frontera, los quintacolumnistas, incluyendo al Yahya, se joden porque nuestra bandera sigue estando y estará por siempre en el Palacio de Enrique Nieto.
Como sabrán, hay organizaciones de vecinos, y también programas del Imserso, que promueven viajes, para los denominados Mayores, por toda España y Portugal. Que no sé porqué les llaman: Senior, en inglés, ya que en castellano quiere decir: Mayor de edad, más antiguo, etc,. Quizás el responsable del ministerio de esos cartelitos en los autocares, donde transportan a estas personas sea una que pretende y admira a otras de mayor rango social, un “sine nobilitate”: persona “sin título nobiliario”, lo que comúnmente conocemos como un snob. La verdad es que algunos de estos viajes valen la pena, porque son económicos, y asequibles, para las escuálidas pensiones de muchos jubilados, y también son guiadas por expertos en turismo, muy simpáticos, que te enseñan todo lo referente a los lugares que visitas. También haces amigos, y a pesar de tu edad estas charlas, con gente de otras tierras, te enriquecen mucho, en todos los aspectos. Hace pocos días, en Galicia, con mucha ilusión, lo que parecía una excursión, a 15 euros por persona, pasó de ser un viaje a Portugal, a un mitin del Bloque Nacionalista Gallego (BNG). Uno de los viajeros se quejaba: “Como somos viejos, nos tratan como a ganado, y en vez de ir a Portugal, que es donde estaba proyectado el viaje, aquí estamos escuchando a estos señores, y aunque soy viejo, no soy idiota”. Y llevaba toda la razón el señor. A santo de qué les cambian un viaje, proyectado de antemano, por una reunión en un hotel, para escuchar a un tío, que quizás no sea de su cuerda política, diciéndoles que sus pensiones serán aumentadas si le votan a él. En los treinta años que disfrutamos de democracia, aún no he escuchado a ningún político hacer la propuesta de que las viudas, al fallecer sus maridos, les quede la pensión igual que si fuese al contrario. Todos sabemos que si un matrimonio, en que la esposa fallece, al marido le descuentan una miseria, que es lo que cobraba por ella, pero si es al contrario, a la esposa le queda un puñado de higos secos, como diría mi amigo Rafael, poco antes de que se le olvidara de respirar. Como sabrán el 22% de la población gallega tiene más de 65 años, por eso, Fraga, como lo sabía, y como un voto es un voto, y hay que ir a por él, se los trabajaba con merendolas, y queimadas camperas, y muy bien que hacía. El enfermero Anxo Quintana, del BNG, para no ser menos, hace igual, pero reuniéndolos en un salón, como hacen los vendedores de vajillas cartujanas, de mantas eléctricas, y un sin fin de electrodomésticos, en muchos de esos viajes baratos para “viejos”, que hasta que éstos no se han tragado la charla de la venta, (en este caso política en contra de su contrario), no pueden ir al comedor a papear, y ni tan siquiera a echar su meadita. Muchos de estos políticos, buscando esos votos, son capaces de adivinar qué es lo que pasará en el futuro, y luego, si no es así como ha ocurrido, tienen la osadía, o la demagogia, de explicar, sin que se les arrugue una mijita la conciencia, porqué no ha ocurrido. Digo esto porque el enfermero Quintana, como suelen hacer muchos políticos, ignorantes sobre la Historia de nuestra ciudad, que por desgracia son muchos, hace algún tiempo, se descolgó despotricando sobre la españolidad de Melilla, y como todos, inclusive los masca-brevas de la frontera, los quintacolumnistas, incluyendo al Yahya, se joden porque nuestra bandera sigue estando y estará por siempre en el Palacio de Enrique Nieto.
sábado, 14 de febrero de 2009
La Escandalera
LA ESCANDALERA
Hace algunos años, visitando Oviedo, sentí la curiosidad de pasear por la calle de Santa Susana, calle donde nació nuestro héroe laureado, el Cabo Noval, que también tiene su calle, paralela a aquélla. Muy cerca de allí existe la plaza del General Ordóñez, la que todos los ovetenses conocen como “La Escandalera”. Un asturiano, amigo, me dijo que el motivo de llamarla así era por los follones del “botellón”, los fines de semana. Como todo el mundo puede comprobar en los telediarios, periódicos e Internet, la escandalera que nos están brindando algunos políticos, es para sentir un poco de bochorno; porque no tiene nada de desperdicio el espectáculo de los espías; el de las cacerías, creyendo que han emulado a Berlanga en “La Escopeta Nacional”; el recitar al “Fernando”, de “Doña Francisquita”, con aquello: “Por el humo se sabe donde está el fuego,…”, pero en este caso es solamente una sutil cortina de gas que exhala un olor desagradable, cuando han descubierto el albañal que les está fermentando en sus propias narices. También les están recordando aquello de que mientras los hilillos del “Prestige” salían a flote, otros se iban de caza y pesca. Me viene a la memoria la famosa frase: “Márchese señor González,…”. Ahí, el hombre, con su perenne simpatía, estuvo sembrado. No sé si se habrán fijado que la derecha, cada vez que sospecha que existen indicios de cualquier cosa rara en contra de ella, cierra filas y se hace la famosa foto de orla, como los niños en fin de curso. Esto de la foto en grupo, a algunos comentaristas, les parece patética, y no sé porqué, cosa que a mí me parece lo más normal del mundo entre una familia que se lleva bien, que confían los unos en los otros, y todos en su líder, y lo más importante: que no se tiran dentelladas al cuello por los puestos. Los de izquierda, como son unos rojos, que quieren la redistribución de la riqueza, van por libre, y cada uno por su cuenta, y si pueden hacer una pinza, como ya lo hizo un dirigente comunista, con la derecha, ni pestañean.
La ironía es un potente analgésico, que debe tomarse a menudo, para contrarrestar las barbaridades que escuchamos, pero la discreción y el recato, a la hora de hablar de los asuntos que nos atañe, o sea, los propios, hay que aplicar el refrán: “Cuanto tus cosas más calles, menos públicas las haces”.
Hace algunos años, visitando Oviedo, sentí la curiosidad de pasear por la calle de Santa Susana, calle donde nació nuestro héroe laureado, el Cabo Noval, que también tiene su calle, paralela a aquélla. Muy cerca de allí existe la plaza del General Ordóñez, la que todos los ovetenses conocen como “La Escandalera”. Un asturiano, amigo, me dijo que el motivo de llamarla así era por los follones del “botellón”, los fines de semana. Como todo el mundo puede comprobar en los telediarios, periódicos e Internet, la escandalera que nos están brindando algunos políticos, es para sentir un poco de bochorno; porque no tiene nada de desperdicio el espectáculo de los espías; el de las cacerías, creyendo que han emulado a Berlanga en “La Escopeta Nacional”; el recitar al “Fernando”, de “Doña Francisquita”, con aquello: “Por el humo se sabe donde está el fuego,…”, pero en este caso es solamente una sutil cortina de gas que exhala un olor desagradable, cuando han descubierto el albañal que les está fermentando en sus propias narices. También les están recordando aquello de que mientras los hilillos del “Prestige” salían a flote, otros se iban de caza y pesca. Me viene a la memoria la famosa frase: “Márchese señor González,…”. Ahí, el hombre, con su perenne simpatía, estuvo sembrado. No sé si se habrán fijado que la derecha, cada vez que sospecha que existen indicios de cualquier cosa rara en contra de ella, cierra filas y se hace la famosa foto de orla, como los niños en fin de curso. Esto de la foto en grupo, a algunos comentaristas, les parece patética, y no sé porqué, cosa que a mí me parece lo más normal del mundo entre una familia que se lleva bien, que confían los unos en los otros, y todos en su líder, y lo más importante: que no se tiran dentelladas al cuello por los puestos. Los de izquierda, como son unos rojos, que quieren la redistribución de la riqueza, van por libre, y cada uno por su cuenta, y si pueden hacer una pinza, como ya lo hizo un dirigente comunista, con la derecha, ni pestañean.
La ironía es un potente analgésico, que debe tomarse a menudo, para contrarrestar las barbaridades que escuchamos, pero la discreción y el recato, a la hora de hablar de los asuntos que nos atañe, o sea, los propios, hay que aplicar el refrán: “Cuanto tus cosas más calles, menos públicas las haces”.
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