sábado, 13 de diciembre de 2008
ALGO DE CHELJA
En este periódico, de 23 de noviembre, leo que “la Ciudad rechaza que el tamazight sea puntuable en el baremo de las oposiciones para entrar en la Policía Local”, ya que son por oposición libre sin una baremación de méritos, y “se pueden presentar todos los ciudadanos”, ya sean de Moratalla, Urbicain, Coín, o de Valduvieco, digo, yo. También le dice a CpM que “hacer esa propuesta no tiene sentido”. Creo, aunque ellos lo saben muy bien, que para la ciudadanía esa propuesta carece de sentido, y está fuera de lugar, pero para ellos sí que lo tiene, porque de tanto repetir una mentira machaconamente, al final todo el mundo cree que es una verdad, aunque sea ficticia. Como todo el mundo sabe, el tamazight es un dialecto beréber que se habla en la zona del medio Atlas, palabra que también sirve para designar el conjunto de lenguas beréberes; y el tarifit, que es el que se habla en el norte de Marruecos, o sea, en el Rif, es el que todos conocemos como chelja, muy parecido al tachelhit. Como anécdota curiosa, un buen amigo me decía que la pronunciación de las palabras: chelja, y tamazight, al tener diferentes vocalizaciones, también suenan distintas; tamazight es más sonora y musical, y chelja es como un carraspeo, “y si no, haz la prueba”; me decía. La enseñanza oficial en Marruecos, que se introduzco en 2003, ha optado por el tifinagh, que es una recreación moderna de las que usaban en el transcurso de la historia por los pueblos beréberes. Dicha esta pequeña síntesis, con anécdota de pronunciación incluida, creo que las autoridades de Melilla, y mucha gente, con toda su buena fe, y algún que otro, llamémosle, con todo el cariño, con el “síndrome de Estocolmo”, siempre caen en la “trampa” que los señores de CpM les tienden cada vez que encuentran un resquicio para que fructifiquen sus peticiones de que el chelja sea cooficial, con el castellano, en la ciudad. Muchas personas saben que todas las disertaciones sobre el chelja, para que la comparen con el catalán, bable, gallego, o vascuence, muy peregrinas, y como lengua, deje, idioma, o como queramos llamarla, está muy bien, pero es: EXTRANJERA. La pintemos como la pintemos; le ofrezcamos el cariño que se merezca, la aprendamos de nuestros vecinos, dejándonos su pequeño matiz en nuestra idiosincrasia¸ pero siempre debemos tener en cuenta, y sin olvidarlo jamás, que para nosotros, los españoles, es una lengua: EXTRANJERA, o sea, marroquí, del Rif, y todo lo demás es marear la perdiz. Estos señores de CpM deben tener grandes cantidades industriales de imaginación para que nunca parezcan que siempre hacen el ridículo. Me refiero al empecinamiento que ponen al querer introducir su chelja, que es rifeño, marroquí, EXTRANJERO, en las instituciones españolas. Yo les recomiendo que se introduzcan en nuestra Historia, y de paso se lean el apartado H del artículo 5º del Estatuto de Autonomía de nuestra Ciudad, que yo sin molestia alguna les escribo aquí: “La promoción y estímulo de los valores, respeto y aprecio de la pluralidad cultural y lingüística de la población melillense”.
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