sábado, 30 de mayo de 2009

Que no es por el huevo, sino por el fuero

“QUE NO ES POR EL HUEVO, SINO POR EL FUERO”
Tengo que felicitar al señor Carmelo Fernández Millán, maestro y logopeda, sobre su artículo publicado el domingo 17: “¿Tamazight vs. fracaso escolar?”. Todo su escrito, colocando los “puntos sobre las íes”, me ha parecido una obra muy didáctica, que mucha gente en nuestra ciudad debiera saber, y reflexionar, al respecto. Como el artículo es extenso y se puede leer en Internet, no voy a transcribir todo lo que el señor Fernández escribe. Aunque los señores de CpM lo saben muy bien, sí que me gustaría, por enésima vez, decir a todo el que me lea, que el chelja, o tarifit, también llamado tamazight, -palabra más musical-, es una lengua extranjera, rifeña, por lo tanto marroquí. Y también les pregunto: ¿por qué no solicitan a Marruecos, el coste de ese “Instituto de Lengua Tamazight”?; lo mismo que el Estado Español, tiene en muchos países, el Instituto Cervantes.
Yo creo que el índice del fracaso escolar que existe en Melilla, no es por la comunicación: profesores-alumnos-padres; más bien es de alumnos-padres, ya que como todos sabemos la educación se adquiere en los hogares con papá, mamá, y demás familiares, como la cortesía, la urbanidad, o sea, la buena crianza. La formación, la enseñanza, o la instrucción, para enfrentarse en el futuro, al mercado laboral, se adquieren en las aulas de las escuelas, institutos y universidades. También creo que en vez de que el profesor deba hablar el chelja, que no tiene ninguna obligación de hacerlo, para “la mayor fluidez de padres y maestros”, pienso que deben ser los progenitores los que tienen esa obligación ineludible, o inexcusable, de aprender el castellano, sencillamente porque es el idioma que tenemos en el Estado Español, que es donde residen, con los mismos deberes, obligaciones, y derechos, como tenemos cualquier ciudadano español. El Estatuto de Melilla, art. 5º H, ya contempla su promoción y estimula, comprendiendo y respetando, la pluralidad cultural de toda la población melillense. Y si nos vamos a la Carta Magna, en su art. 3º, lo dice muy claro, refiriéndose al “Castellano y las demás lenguas españolas”; que para nada dice extranjeras, como lo es el chelja, repito: rifeño, ergo marroquí. Sobre nuestro castellano existe la historia de una anciana en el Toledo de hace siglos, donde era preceptivo pagar, como diezmo a la Iglesia, un huevo de gallina, pero la viejecita invocando un fuero que decía poseer, se negó a pagar aquél tributo. Entonces la cuestión pasó a litigio, y como alguien arguyese que, después de todo, el huevo era poca cosa, la vieja replicó, inflexible: “Que no es por el huevo, sino por el Fuero”. Y así vino la frase a quedar como en refrán, que sostiene del derecho sobre toda otra razón. Que es lo que muchas personas, como este que les escribe opinan: que para nada es hostilidad hacia el chelja, al que se le respeta, sino lo que debemos interpretar en nuestra Constitución, y en el Estatuto de la Ciudad.

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