“QUE NO ES POR EL HUEVO, SINO POR EL FUERO”
Tengo que felicitar al señor Carmelo Fernández Millán, maestro y logopeda, sobre su artículo publicado el domingo 17: “¿Tamazight vs. fracaso escolar?”. Todo su escrito, colocando los “puntos sobre las íes”, me ha parecido una obra muy didáctica, que mucha gente en nuestra ciudad debiera saber, y reflexionar, al respecto. Como el artículo es extenso y se puede leer en Internet, no voy a transcribir todo lo que el señor Fernández escribe. Aunque los señores de CpM lo saben muy bien, sí que me gustaría, por enésima vez, decir a todo el que me lea, que el chelja, o tarifit, también llamado tamazight, -palabra más musical-, es una lengua extranjera, rifeña, por lo tanto marroquí. Y también les pregunto: ¿por qué no solicitan a Marruecos, el coste de ese “Instituto de Lengua Tamazight”?; lo mismo que el Estado Español, tiene en muchos países, el Instituto Cervantes.
Yo creo que el índice del fracaso escolar que existe en Melilla, no es por la comunicación: profesores-alumnos-padres; más bien es de alumnos-padres, ya que como todos sabemos la educación se adquiere en los hogares con papá, mamá, y demás familiares, como la cortesía, la urbanidad, o sea, la buena crianza. La formación, la enseñanza, o la instrucción, para enfrentarse en el futuro, al mercado laboral, se adquieren en las aulas de las escuelas, institutos y universidades. También creo que en vez de que el profesor deba hablar el chelja, que no tiene ninguna obligación de hacerlo, para “la mayor fluidez de padres y maestros”, pienso que deben ser los progenitores los que tienen esa obligación ineludible, o inexcusable, de aprender el castellano, sencillamente porque es el idioma que tenemos en el Estado Español, que es donde residen, con los mismos deberes, obligaciones, y derechos, como tenemos cualquier ciudadano español. El Estatuto de Melilla, art. 5º H, ya contempla su promoción y estimula, comprendiendo y respetando, la pluralidad cultural de toda la población melillense. Y si nos vamos a la Carta Magna, en su art. 3º, lo dice muy claro, refiriéndose al “Castellano y las demás lenguas españolas”; que para nada dice extranjeras, como lo es el chelja, repito: rifeño, ergo marroquí. Sobre nuestro castellano existe la historia de una anciana en el Toledo de hace siglos, donde era preceptivo pagar, como diezmo a la Iglesia, un huevo de gallina, pero la viejecita invocando un fuero que decía poseer, se negó a pagar aquél tributo. Entonces la cuestión pasó a litigio, y como alguien arguyese que, después de todo, el huevo era poca cosa, la vieja replicó, inflexible: “Que no es por el huevo, sino por el Fuero”. Y así vino la frase a quedar como en refrán, que sostiene del derecho sobre toda otra razón. Que es lo que muchas personas, como este que les escribe opinan: que para nada es hostilidad hacia el chelja, al que se le respeta, sino lo que debemos interpretar en nuestra Constitución, y en el Estatuto de la Ciudad.
sábado, 30 de mayo de 2009
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