domingo, 17 de mayo de 2009

olores y recuerdos

OLORES Y RECUERDOS
Cuando alguien, que ya hace años, ha pasado del medio siglo, y observa el circo, o más bien la selva, en que se encuentran inmersos los que se dedican al servicio de los ciudadanos, cobrando un pastón, como el de Rajoy, que atribulado buscaba, desde la tribuna del Congreso, los papeles que perdió en esa selva, donde les dijo al grupo que está gobernando que son unos analfabetos: “Pero si ustedes no saben leer”, o: “¡Qué gente!”. Yo creo que, como es un señor muy fino, le salió “gente”, pero estoy casi seguro que se le quedó en la puntita de la lengua: “¡qué gentuza!”. Yo de él se la hubiera soltado, y ya está, y pelillos a la mar. Las declaraciones de Aznar, con su remedio para la crisis solo le hacen sonreír, y preguntarse cómo este hombre pudo gobernar España durante 8 añitos. Uno de los recuerdos que se le viene a la mente es que el franquismo está lleno de rancios olores, y de documentos, y de libros, y de datos, miles de ellos, que muchos jóvenes historiadores, quizás puedan tener acceso a esos documentos, pero muy pocos, por mucho que lo intentan, no llegan ni siquiera a olfatear los olores. Uno de los documentos era una ley de 1954 que trataba a los homosexuales como delincuentes (vagos y maleantes). Otra era para rehabilitarlos y así limpiar las calles de pervertidos. También el adulterio era perseguido, y a veces castigado con la cárcel. Creo que por eso, en aquéllos tiempos, existían tantas casas de citas, o de tapadillo, donde se “galvanizaban pistolas”. Un jerarca de la Iglesia decía que había que frotar la medalla de la Virgen con una bala para hacer mejor puntería. A principios del franquismo, las obras de teatro de Jacinto Benavente, homosexual discreto, en vida y costumbres, y con su “pluma” bien visible, eran anunciadas como: “Por el autor de La Malquerida”, o “Por Nuestro Premio Nóbel”. Mucha gente cree que fue por el Nóbel, que le concedieron en 1922, por lo que no lo expulsaron de España, pero sí lo hicieron con Miguel de Molina. En la actualidad a los gays y lesbianas los han recibido todos los partidos, incluso el PP, pero no cuando éste gobernaba. La palabra: piernas, que era tratada por algunos con algo de erotismo sicalíptico, había que decir: extremidades, las que Pilar Primo de Rivera, a las mujeres les puso pololos, en los Coros y Danzas. Y sobre los olores recuerdo el de un cabrón, que me pegó un bofetón en plena calle, cuando yo contaba 9 años, de comunión recién cumplida, por no ponerme en posición de firmes al arriado de bandera de la Comandancia General. Este “valiente patriota”, como decía Quevedo en “El Buscón”, creo que no sabía si fue concebido entre muchos hombres, o era hijo de su padre. El olor de la pobreza en los años de posguerra, con el despertar de la sexualidad, y el sentimiento del pecado, sin haber pecado. También el olor del tabaco en las asambleas clandestinas donde se recaudaban unas cuantas pesetas, solo para las llamadas que se hacían a las distintas administraciones de Correos de toda España, y saber como se desarrollaba el paro, que no huelga.
El franquismo, que fue una página desdichada de la historia de España, al morir el dictador, los que mejor han quedado han sido los ex-franquistas, “de toda la vida”, y los izquierdistas pragmáticos, donde ambos grupos han pasado de puntillas sobre la verdadera izquierda republicana. Y para terminar le digo a un buen amigo, como Woody Allen: que las opiniones son como el culo, cada uno tiene el suyo, y estas son las mías.

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