TRES POSTALES
Hace unos días recibí una postal, procedente de un pueblo gaditano, donde se veía Tarfesit, que un amigo de la infancia me envió, con todo su cariño, como lo ha sido siempre: un chavea muy bueno y cariñoso, aunque ya de chavea tiene lo mismo que yo de cura: nada. La postal es una copia de una de los años cuarenta, o quizás de los cincuenta, donde se pueden ver los barracones que las fuerzas del Ejército tenía destacadas allí, en aquéllos años. Todo el que haya pertenecido a la banda de la OJE, en ese tiempo, donde D. Julio Moreno era director, sabrá que muchos veranos acudíamos allí, como a Nador, Segangan o Drius, para dar conciertos a los militares y sus familias allí destacados. En Nador solíamos desfilar por las limpias y rectilíneas calles, cercanas al Club Náutico. Este amigo ha señalado con una cruz un lugar, que en la actualidad, creo que ha desaparecido, donde me dice: “Fíjate, Aranda, el lugar donde te señalo, que fue donde “Fulanito” (no digo el nombre, ni el instrumento que tocaba, porque quizás no desee recordar ese mal trago) se cagó por la jartá (sic) de chumbos que se zampó”. Créanme que si me señala otro lugar me lo hubiese creído igualmente, pero no la anécdota del compañero, que las pasó tan mal, por una indigestión de chumbos, en plena canícula, tan lejos de su casa, y con tan solo diez o doce años, el pobrecito. Cuando releo, sonriente, la postal de mi amigo me recuerda la lectura de “La Arboleda Perdida”, de Rafael Alberti, cuando dice que recibió de Dalí una postal donde se veía un pequeño castillo, y cuyo texto decía: “Mi querido Rafael, por aquí es por donde orinaban los canónigos”. Decía el poeta que el cartero, al entregársela, hizo un gesto como diciendo: “A mí que me registren”.Y como no hay dos sin tres, tengo que decir que cuando el que les escribe desempeñaba sus labores de Cartero Urbano, (ahora ya, oficialmente, no se llaman carteros, ¡qué tontería!) una vez hizo entrega de una postal, en la que se podía ver un bello paisaje de las afueras de Oviedo. En esta también, en uno de los rincones de un bello edificio del siglo X, se podía observar una cruz hecha a bolígrafo, y en el texto, se leía: “Aquí se cagó la nena, besos”. Esta vez, quien se puso algo avergonzada fue la destinataria, y yo, para quitarle el azoramiento le dije: “No se preocupe, señora, quizás lo usaran como abono”. Que quieren que les diga, si no se me ocurrió otra cosa. Porque no iba a decirle lo de Rafael Guerra (Guerrita), al ser presentado a don José Ortega y Gasset, diciéndole que éste era un filósofo, la persona que trabaja sobre las ideas del pensamiento, comentó sorprendido, soltando la frase tan famosa: “Hay gente pa tó”.
domingo, 29 de marzo de 2009
propuesta para un manifestódromo
PROPUESTA PARA UN “MANIFESTÓDROMO”
El periodista Miguel Ángel Aguilar, con su fina ironía, pide que en Madrid se construya un “Manifestódromo”, para que todos aquéllos que deseen protestar, por lo que les venga en ganas, lo hagan en un sitio donde no fastidien a los demás, que como todo el mundo sabe, la capital del Reino, es la que sufre todas las inclemencias de muchos los grupos sociales: los agricultores regalando tomates, lechugas y coliflores a todo el que pasa, los lecheros gallegos tirando la leche frente al ministerio del ramo, en medio de la calle. Yo pienso que alguna autoridad debiera regular todos estos follones, y canalizarlos para que la gente de a pié sepamos lo que ocurre. Siempre y cuando no se menoscaben los derechos de los que protestan. Lo de las mini pancartas en los plenos lo veo como una rabieta de niños, que los que gobiernan, como tienen la mayoría, los mandan callar, pasándoselas por su particular arco del triunfo, diciendo que: “montaron un circo con la única idea de ocultar sus verdaderas intenciones, que no son otras, que profundizar en su política anti-Melilla”. Y a mí, que siempre me gusta saber, por ejemplo: ¿Cuál es el motivo de que los socialistas de Melilla no les hayan “cantado las cuarenta” (es una forma de hablar) a sus amigos de CpM, cuando cada año, éstos no acuden a los fastos de la Conquista de Melilla?. O también: ¿Porqué no les protestan cada 19 de marzo, fecha en que los moros del Emperador Sidi Mohamed abandonaron el Sitio?, también, ¿Porqué no les hacen saber, de una vez por todas, que el chelja es rifeño, de Marruecos, extranjero, que no tiene cabida en una asamblea española, como es la de una Ciudad Autónoma, Melilla?; por ejemplo. Quizás, pudiera ser, a lo mejor, porque eso jode mucho, que les moleste los zapatos que se han intercambiado, llevando ellos el derecho del contrario en su pié izquierdo, y viceversa.
Aunque parezca algo lejano en el tiempo, a veces creo que los Héroes que descansan en La Purísima, igual que los que construyeron la ciudad en tiempos difíciles, están agotados y tristes, a pesar del perfume, que algunos les enviamos con nuestras esencias de sonidos patrios, que son la única realidad que nos hace vibrar el espíritu como español, sin un ápice de chauvinismo patriotero. Aunque para otros, ignorando su pronunciado síndrome de Estocolmo, con sus catorce cosechas bien remuneradas, es como una foto antigua, de color tabaco, de recuerdos que los antiguos les contaban.
El periodista Miguel Ángel Aguilar, con su fina ironía, pide que en Madrid se construya un “Manifestódromo”, para que todos aquéllos que deseen protestar, por lo que les venga en ganas, lo hagan en un sitio donde no fastidien a los demás, que como todo el mundo sabe, la capital del Reino, es la que sufre todas las inclemencias de muchos los grupos sociales: los agricultores regalando tomates, lechugas y coliflores a todo el que pasa, los lecheros gallegos tirando la leche frente al ministerio del ramo, en medio de la calle. Yo pienso que alguna autoridad debiera regular todos estos follones, y canalizarlos para que la gente de a pié sepamos lo que ocurre. Siempre y cuando no se menoscaben los derechos de los que protestan. Lo de las mini pancartas en los plenos lo veo como una rabieta de niños, que los que gobiernan, como tienen la mayoría, los mandan callar, pasándoselas por su particular arco del triunfo, diciendo que: “montaron un circo con la única idea de ocultar sus verdaderas intenciones, que no son otras, que profundizar en su política anti-Melilla”. Y a mí, que siempre me gusta saber, por ejemplo: ¿Cuál es el motivo de que los socialistas de Melilla no les hayan “cantado las cuarenta” (es una forma de hablar) a sus amigos de CpM, cuando cada año, éstos no acuden a los fastos de la Conquista de Melilla?. O también: ¿Porqué no les protestan cada 19 de marzo, fecha en que los moros del Emperador Sidi Mohamed abandonaron el Sitio?, también, ¿Porqué no les hacen saber, de una vez por todas, que el chelja es rifeño, de Marruecos, extranjero, que no tiene cabida en una asamblea española, como es la de una Ciudad Autónoma, Melilla?; por ejemplo. Quizás, pudiera ser, a lo mejor, porque eso jode mucho, que les moleste los zapatos que se han intercambiado, llevando ellos el derecho del contrario en su pié izquierdo, y viceversa.
Aunque parezca algo lejano en el tiempo, a veces creo que los Héroes que descansan en La Purísima, igual que los que construyeron la ciudad en tiempos difíciles, están agotados y tristes, a pesar del perfume, que algunos les enviamos con nuestras esencias de sonidos patrios, que son la única realidad que nos hace vibrar el espíritu como español, sin un ápice de chauvinismo patriotero. Aunque para otros, ignorando su pronunciado síndrome de Estocolmo, con sus catorce cosechas bien remuneradas, es como una foto antigua, de color tabaco, de recuerdos que los antiguos les contaban.
domingo, 22 de marzo de 2009
democracia orgánica
DEMOCRACIA ORGÁNICA
Hace unos días leía en este diario alguien que decía que la democracia que disfrutamos en la actualidad nos la cambiaron por la “democracia orgánica, verdadera representatividad gremial, donde en el mundo del trabajo cada gremio votaba a su representante y lo sentaba en las Cortes”. (El de la “masa frita”, el churrero, creo que no estaba). Cuando terminé de leerme todo el escrito, creía que corrían los años en que el Caudillo residía en El Pardo, pero, no, miré el calendario y vi que era marzo del 2009, o sea ayer, hoy. Yo creo que la persona que suele escribir así no se ha enterado aún que el partido que gana las elecciones es el que gobierna, y el que pierde se queda en la oposición, y es el que debe controlar al gobierno, aunque a veces lo haga muy mal, porque hasta en lo que están de acuerdo, les llevan la contraria, como es la retirada de nuestras tropas de Kosovo, como lo del “Perro del hortelano….”. Sobre la democracia orgánica, debe recordar que los trabajadores no votaban, quienes lo hacían eran los capitostes, ocurriendo aquello de: “Juan Palomo, yo me lo guiso y también me lo como”. Pues si, en el sufragio universal lo mismo vale el voto de un criminal, el de un separatista, como el del alcalde mangón: ahí está la grandeza de la Democracia, que los pone a cada uno en su lugar, y no el de descanso. Muchos de aquéllos “demócratas”, que más bien fueron casi todos, y que el Generalísimo los sentó en las poltronas de la Carrera de San Jerónimo, no tuvieron más remedio que hacerse el hara kiri y aceptar la que tenemos en la actualidad. Y sobre las retribuciones de algunos políticos, ahí le doy la razón, ya que muchos de ellos debieran sentirse avergonzados de lo que perciben, mientras hay gente que las pasa canutas para llegar a final de mes. También es un sarcasmo el pensionista que percibe una pensión muy superior a la normal, si la comparamos con la de la gran mayoría, y ahora despotrique de lo que hemos ganado, entre todos, con tanto sacrificio, con huelgas salvajes, manifestaciones, como por ejemplo: para que pueda escribir su opinión libremente de la manera que lo hace en sus escritos.
Hace unos días leía en este diario alguien que decía que la democracia que disfrutamos en la actualidad nos la cambiaron por la “democracia orgánica, verdadera representatividad gremial, donde en el mundo del trabajo cada gremio votaba a su representante y lo sentaba en las Cortes”. (El de la “masa frita”, el churrero, creo que no estaba). Cuando terminé de leerme todo el escrito, creía que corrían los años en que el Caudillo residía en El Pardo, pero, no, miré el calendario y vi que era marzo del 2009, o sea ayer, hoy. Yo creo que la persona que suele escribir así no se ha enterado aún que el partido que gana las elecciones es el que gobierna, y el que pierde se queda en la oposición, y es el que debe controlar al gobierno, aunque a veces lo haga muy mal, porque hasta en lo que están de acuerdo, les llevan la contraria, como es la retirada de nuestras tropas de Kosovo, como lo del “Perro del hortelano….”. Sobre la democracia orgánica, debe recordar que los trabajadores no votaban, quienes lo hacían eran los capitostes, ocurriendo aquello de: “Juan Palomo, yo me lo guiso y también me lo como”. Pues si, en el sufragio universal lo mismo vale el voto de un criminal, el de un separatista, como el del alcalde mangón: ahí está la grandeza de la Democracia, que los pone a cada uno en su lugar, y no el de descanso. Muchos de aquéllos “demócratas”, que más bien fueron casi todos, y que el Generalísimo los sentó en las poltronas de la Carrera de San Jerónimo, no tuvieron más remedio que hacerse el hara kiri y aceptar la que tenemos en la actualidad. Y sobre las retribuciones de algunos políticos, ahí le doy la razón, ya que muchos de ellos debieran sentirse avergonzados de lo que perciben, mientras hay gente que las pasa canutas para llegar a final de mes. También es un sarcasmo el pensionista que percibe una pensión muy superior a la normal, si la comparamos con la de la gran mayoría, y ahora despotrique de lo que hemos ganado, entre todos, con tanto sacrificio, con huelgas salvajes, manifestaciones, como por ejemplo: para que pueda escribir su opinión libremente de la manera que lo hace en sus escritos.
avueltas con Napoleón
A VUELTAS CON NAPOLEÓN
Hace varios días, en Melilla, con motivo de la conmemoración de la Constitución de Cádiz de 1812 (La Pepa), y el homenaje a los tres diputados liberales, Manuel Pérez Sobrino, José María de Calatrava, y Francisco Sánchez Barbero, que Fernando VII encarceló en Melilla, para terminar sus condenas, como presos, (que no exiliados), el Presidente Imbroda, creo que tuvo un pequeño desliz, y quiero pensar que no fue culpa suya, sino de la persona que le hizo el discurso. Entre otras cosas, dijo: “(…) Como símbolo de lo que hicieron las Cortes de Cádiz el 19 de marzo de 1812, en pro de la libertad y la democracia para España, así como el patriotismo, porque fueron los últimos que aguantaron las embestidas de Napoleón”. Ustedes dirán que soy un pelma, con respecto a Napoleón, pero no me negarán que esos tres liberales, sin olvidar que uno de ellos: Sánchez Barbero falleció en nuestra ciudad en 1819, y que para él Melilla era, “aquesta mansión de criminales, o la negra siempre abominable mansión de las cadenas”, fueron los peores años de sus vidas. Claro que habría que situarse en aquéllos negros años de absolutismo, donde ellos sufrían persecución y encarcelamiento por sus ideas. Y volviendo a Napoleón, señor Imbroda, creo que estos tres liberales intelectuales, las últimas embestidas que aguantaron fueron las del “Narizotas”, absolutista, Fernando VII. Y si es que lee esta humilde réplica, que le hago con todo el respeto que merece su persona, y el cargo que ostenta, le ruego que ordene, por ser una absurda contradicción, retiren la placa en la calle que lleva el nombre de ese general invasor de nuestra patria, como lo fue Napoleón, y en su lugar figure, por ejemplo, la de mi profesor de música, D. Julio Moreno, que como usted sabe muy bien, enseñó música a varias generaciones de melillenses. Reciba un cordial saludo.
Hace varios días, en Melilla, con motivo de la conmemoración de la Constitución de Cádiz de 1812 (La Pepa), y el homenaje a los tres diputados liberales, Manuel Pérez Sobrino, José María de Calatrava, y Francisco Sánchez Barbero, que Fernando VII encarceló en Melilla, para terminar sus condenas, como presos, (que no exiliados), el Presidente Imbroda, creo que tuvo un pequeño desliz, y quiero pensar que no fue culpa suya, sino de la persona que le hizo el discurso. Entre otras cosas, dijo: “(…) Como símbolo de lo que hicieron las Cortes de Cádiz el 19 de marzo de 1812, en pro de la libertad y la democracia para España, así como el patriotismo, porque fueron los últimos que aguantaron las embestidas de Napoleón”. Ustedes dirán que soy un pelma, con respecto a Napoleón, pero no me negarán que esos tres liberales, sin olvidar que uno de ellos: Sánchez Barbero falleció en nuestra ciudad en 1819, y que para él Melilla era, “aquesta mansión de criminales, o la negra siempre abominable mansión de las cadenas”, fueron los peores años de sus vidas. Claro que habría que situarse en aquéllos negros años de absolutismo, donde ellos sufrían persecución y encarcelamiento por sus ideas. Y volviendo a Napoleón, señor Imbroda, creo que estos tres liberales intelectuales, las últimas embestidas que aguantaron fueron las del “Narizotas”, absolutista, Fernando VII. Y si es que lee esta humilde réplica, que le hago con todo el respeto que merece su persona, y el cargo que ostenta, le ruego que ordene, por ser una absurda contradicción, retiren la placa en la calle que lleva el nombre de ese general invasor de nuestra patria, como lo fue Napoleón, y en su lugar figure, por ejemplo, la de mi profesor de música, D. Julio Moreno, que como usted sabe muy bien, enseñó música a varias generaciones de melillenses. Reciba un cordial saludo.
domingo, 8 de marzo de 2009
DISCREPANCIAS SOBRE UNA BODA
Mauritania pide comprensión a España por el juicio a los padres de Selamha, y al marido de ésta, Mokhtar Salem, que fue obligada a casarse cuando solo tenía 14 años. Según leo en la prensa el argumento más utilizado para pedir clemencia es el de “reciprocidad”. Qué palabra más dulce y bonita: recíproco, que es algo mutuo entre una y otra persona. Obviamente, era una cosa que no tenían la pareja en cuestión. Claro que Mauritania entiende, que si su justicia no puede encarcelar a un español que bebe alcohol en su país, los españoles no pueden juzgar en su lugar a supuestos extravíos sociales. O sea, esta gente, según su ley, compara la crueldad, y aberración, de casar una niña de tan solo 14 años, con un tío de 40, con la de un español que se toma una cerveza en su país. Hombre, creo que si ese español en vez de tomarse una cerveza, se toma varias, y encima arma una bronca, pues que lo encierren en la cárcel, y que se joda, por borrachín, y escandaloso; pero comparar una cosa con la otra, es algo, que para cualquier persona con algo de decencia, y por muchas leyes ancestrales a que se acojan, es una abominación, y una crueldad. El embajador de Mauritania en España dice que hay que tener en cuenta las especificidades culturales y religiosas de un país como el suyo, en el que los matrimonios, con gran diferencia de edades son muy frecuentes, y también es necesario comprender al prójimo. Esto de la comprensión al prójimo, a alguien le puede llegar al alma. Pues muy bien, señor embajador, yo no sé lo que entenderá usted por comprender al prójimo, pero como dice que hay que entenderlo, que ya lo hacemos, con toda la objetividad posible yo, como español, no comparto, lo condeno y lo aborrezco, que una niña de tan solo 14 años, sea obligada a casarse con un hombre de 40, y encima que sea amenazada por su padre, con tirar la primera piedra en su lapidación, si no se casaba con el tal Mokhtar; que por cierto es su primo.
Mauritania pide comprensión a España por el juicio a los padres de Selamha, y al marido de ésta, Mokhtar Salem, que fue obligada a casarse cuando solo tenía 14 años. Según leo en la prensa el argumento más utilizado para pedir clemencia es el de “reciprocidad”. Qué palabra más dulce y bonita: recíproco, que es algo mutuo entre una y otra persona. Obviamente, era una cosa que no tenían la pareja en cuestión. Claro que Mauritania entiende, que si su justicia no puede encarcelar a un español que bebe alcohol en su país, los españoles no pueden juzgar en su lugar a supuestos extravíos sociales. O sea, esta gente, según su ley, compara la crueldad, y aberración, de casar una niña de tan solo 14 años, con un tío de 40, con la de un español que se toma una cerveza en su país. Hombre, creo que si ese español en vez de tomarse una cerveza, se toma varias, y encima arma una bronca, pues que lo encierren en la cárcel, y que se joda, por borrachín, y escandaloso; pero comparar una cosa con la otra, es algo, que para cualquier persona con algo de decencia, y por muchas leyes ancestrales a que se acojan, es una abominación, y una crueldad. El embajador de Mauritania en España dice que hay que tener en cuenta las especificidades culturales y religiosas de un país como el suyo, en el que los matrimonios, con gran diferencia de edades son muy frecuentes, y también es necesario comprender al prójimo. Esto de la comprensión al prójimo, a alguien le puede llegar al alma. Pues muy bien, señor embajador, yo no sé lo que entenderá usted por comprender al prójimo, pero como dice que hay que entenderlo, que ya lo hacemos, con toda la objetividad posible yo, como español, no comparto, lo condeno y lo aborrezco, que una niña de tan solo 14 años, sea obligada a casarse con un hombre de 40, y encima que sea amenazada por su padre, con tirar la primera piedra en su lapidación, si no se casaba con el tal Mokhtar; que por cierto es su primo.
LA ESPAÑA CAÑÍ Y LA MEDALLA DE LAS BELLAS ARTES
Todos los gobiernos que ha tenido nuestro país, incluido el actual, el Ministerio del Interior ha mantenido los toros, lo que mucha gente llama: “Fiesta Nacional”, y con el de Cultura se lava la conciencia, otorgando la Medalla de las Bellas Artes a algún torero de moda. Con la entrega de la medalla de este año a un torero, que es millonario, España entera se ha olvidado de la crisis, de Galicia, de Euskadi, y del folloneo que tiene el PP, y mucha gente pierde el culo con los hermanos guaperas que se pasean con mujeres guapas por el papel cuché. En el arte de Cúchares, como muchos llaman al toreo, puede que muchos que se plantan ante un morlaco, de media tonelada, sean unos valientes, pero no todos son artistas. Morante dice que todo aquél que se enfrenta a un toro tiene su mérito, pero de artista nada, de nada; y él es de los que se arrima bastante. Ahora se comenta, que dos toreros que recibieron esa medalla en años anteriores, se las van a devolver al Ministerio, porque no están de acuerdo con la concesión de este año al compañero que le ha tocado en suerte. Yo digo que cada uno tendrá sus razones para protestar, y para devolver su medalla, aunque esto último sería algo feo por su parte. Fíjense si yo llevo años reclamando al responsable de la adjudicación de nombres de calles en nuestra ciudad, el de mi maestro de música, D. Julio Moreno, y ni siquiera nadie del Gobierno de la ciudad ha tenido la delicadeza de dirigirse a mi humilde persona, aunque hubiese sido para decirme que es imposible, que el nombre de un señor que enseñó a dos generaciones de niños melillenses, el más bello arte, como es la música, no puede figurar en el callejero de Melilla, mientras que nombres tan absurdos, como: Mira al Puerto, o Napoleón, que junto a Barcelona y nuestra ciudad son las únicas en toda España, donde figura su nombre. Pero si repasan nuestro callejero, y recorren unos quinientos metros, se encontrarán con la incongruencia de los nombres de Daoíz y Velarde, héroes del 2 de Mayo en Madrid. Igualmente también tenemos más sin sentidos, como el Alcalde de Móstoles, otro que se enfrentó a las tropas de Napoleón, con su famoso bando. Y no olvidemos a Alcolea, famosa batalla en el puente que lleva su nombre, donde los invasores se retiraron para ser derrotados más tarde en Bailén. En fin, la falta de lógica de los nombres de Mira al Puerto y de Napoleón, que figuran en nuestro callejero a alguien en el Gobierno de la ciudad debiera darle que pensar. Si corrigen esta anomalía, al menos en la desidia de los munícipes responsables, en algo habremos ganado, y lo cañí no será observado de manera tan cutre.
Todos los gobiernos que ha tenido nuestro país, incluido el actual, el Ministerio del Interior ha mantenido los toros, lo que mucha gente llama: “Fiesta Nacional”, y con el de Cultura se lava la conciencia, otorgando la Medalla de las Bellas Artes a algún torero de moda. Con la entrega de la medalla de este año a un torero, que es millonario, España entera se ha olvidado de la crisis, de Galicia, de Euskadi, y del folloneo que tiene el PP, y mucha gente pierde el culo con los hermanos guaperas que se pasean con mujeres guapas por el papel cuché. En el arte de Cúchares, como muchos llaman al toreo, puede que muchos que se plantan ante un morlaco, de media tonelada, sean unos valientes, pero no todos son artistas. Morante dice que todo aquél que se enfrenta a un toro tiene su mérito, pero de artista nada, de nada; y él es de los que se arrima bastante. Ahora se comenta, que dos toreros que recibieron esa medalla en años anteriores, se las van a devolver al Ministerio, porque no están de acuerdo con la concesión de este año al compañero que le ha tocado en suerte. Yo digo que cada uno tendrá sus razones para protestar, y para devolver su medalla, aunque esto último sería algo feo por su parte. Fíjense si yo llevo años reclamando al responsable de la adjudicación de nombres de calles en nuestra ciudad, el de mi maestro de música, D. Julio Moreno, y ni siquiera nadie del Gobierno de la ciudad ha tenido la delicadeza de dirigirse a mi humilde persona, aunque hubiese sido para decirme que es imposible, que el nombre de un señor que enseñó a dos generaciones de niños melillenses, el más bello arte, como es la música, no puede figurar en el callejero de Melilla, mientras que nombres tan absurdos, como: Mira al Puerto, o Napoleón, que junto a Barcelona y nuestra ciudad son las únicas en toda España, donde figura su nombre. Pero si repasan nuestro callejero, y recorren unos quinientos metros, se encontrarán con la incongruencia de los nombres de Daoíz y Velarde, héroes del 2 de Mayo en Madrid. Igualmente también tenemos más sin sentidos, como el Alcalde de Móstoles, otro que se enfrentó a las tropas de Napoleón, con su famoso bando. Y no olvidemos a Alcolea, famosa batalla en el puente que lleva su nombre, donde los invasores se retiraron para ser derrotados más tarde en Bailén. En fin, la falta de lógica de los nombres de Mira al Puerto y de Napoleón, que figuran en nuestro callejero a alguien en el Gobierno de la ciudad debiera darle que pensar. Si corrigen esta anomalía, al menos en la desidia de los munícipes responsables, en algo habremos ganado, y lo cañí no será observado de manera tan cutre.
una clinica en territorio español
UNA CLINICA EN TERRITORIO ESPAÑOL
Cuando Franco cerró la verja de Gibraltar en 1969, cortó de raíz las relaciones de muchas familias de ambos lados de la valla. Con ello puso en contra a todos los jóvenes gibraltareños, y el desprecio de éstos a la dictadura los llevó a abrazar con más ahínco la cultura inglesa, promoviendo el lenguaje, que ahora se escucha en las calles de la Roca: el Llanito, como dice un poeta local, es el idioma híbrido de Gibraltar, una infusión con tres cucharaditas de ingles, dos de español y una de picante gaditano. Sobre la visita de la princesa Ana de Inglaterra a Gibraltar para la inauguración de la clínica: “Princess Royal Medical Center”, en la colonia, con el actual gobierno español, como todos los que ha habido desde que en 1713 se firmó el Tratado de Utrecht, todos los españoles nos hemos sentido agraviados cada vez que los ingleses han hecho gala de su chulería, como cuando se casó el hermano de esta princesa, que inició su viaje de bodas en la colonia. La clínica está construida en el lugar donde en 1810, con el pretexto de que fuesen ocupados por los franceses, fueron volados los fuertes españoles: San Felipe y Santa Bárbara. Más tarde, en 1815, con motivo de una epidemia de fiebre amarilla, España, siempre humanitaria y caritativa, autoriza a Inglaterra para que instale un hospital de campaña, en el mismo lugar donde estuvieron los fuertes, hospital que no fue retirado al terminar la epidemia. En 1826 los ingleses, sin importarles un pimiento las protestas de España delimitan sus aguas jurisdiccionales, que no estaban contempladas en el Tratado de Utrecht. En 1845, se construye un vertedero de basuras al norte del campamento sanitario de 1815. En 1854, para que España supiera de la chulería inglesa, se establece un cuerpo de guardia en los límites del campamento sanitario. En 1908 edifican a 850 metros al norte del límite legal, y colocan una verja que separa Gibraltar del resto de España. En 1938, cuando España ardía por los cuatro costados, por su guerra incivil, los ingleses construyen ilegalmente un aeródromo en el istmo arrebatado, que es el actual aeropuerto. Y ahora cualquiera se preguntaría: ¿Dónde está el tan cacareado Tratado de Utrecht?. Al menos el artículo 10º de dicho tratado no se lo pueden saltar a la torera, ya que si alguna vez abandonaran esa colonia, no tendrían más remedio que: “Si en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender, o enajenar de cualquier modo la propiedad de la dicha ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado, por este Tratado, que siempre se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla”. Por el momento quizás hayamos puesto una pica, y no en Flandes, sino nuestra bandera en la calle Irish Town, de Gibraltar, donde España ha instalado el Instituto Cervantes, desde donde ese poeta local dice que el idioma inglés puede salirle del corazón, pero el español le sale de las entrañas; y casi estoy seguro de que eso mismo les ocurre a una gran mayoría de gibraltareños.
Cuando Franco cerró la verja de Gibraltar en 1969, cortó de raíz las relaciones de muchas familias de ambos lados de la valla. Con ello puso en contra a todos los jóvenes gibraltareños, y el desprecio de éstos a la dictadura los llevó a abrazar con más ahínco la cultura inglesa, promoviendo el lenguaje, que ahora se escucha en las calles de la Roca: el Llanito, como dice un poeta local, es el idioma híbrido de Gibraltar, una infusión con tres cucharaditas de ingles, dos de español y una de picante gaditano. Sobre la visita de la princesa Ana de Inglaterra a Gibraltar para la inauguración de la clínica: “Princess Royal Medical Center”, en la colonia, con el actual gobierno español, como todos los que ha habido desde que en 1713 se firmó el Tratado de Utrecht, todos los españoles nos hemos sentido agraviados cada vez que los ingleses han hecho gala de su chulería, como cuando se casó el hermano de esta princesa, que inició su viaje de bodas en la colonia. La clínica está construida en el lugar donde en 1810, con el pretexto de que fuesen ocupados por los franceses, fueron volados los fuertes españoles: San Felipe y Santa Bárbara. Más tarde, en 1815, con motivo de una epidemia de fiebre amarilla, España, siempre humanitaria y caritativa, autoriza a Inglaterra para que instale un hospital de campaña, en el mismo lugar donde estuvieron los fuertes, hospital que no fue retirado al terminar la epidemia. En 1826 los ingleses, sin importarles un pimiento las protestas de España delimitan sus aguas jurisdiccionales, que no estaban contempladas en el Tratado de Utrecht. En 1845, se construye un vertedero de basuras al norte del campamento sanitario de 1815. En 1854, para que España supiera de la chulería inglesa, se establece un cuerpo de guardia en los límites del campamento sanitario. En 1908 edifican a 850 metros al norte del límite legal, y colocan una verja que separa Gibraltar del resto de España. En 1938, cuando España ardía por los cuatro costados, por su guerra incivil, los ingleses construyen ilegalmente un aeródromo en el istmo arrebatado, que es el actual aeropuerto. Y ahora cualquiera se preguntaría: ¿Dónde está el tan cacareado Tratado de Utrecht?. Al menos el artículo 10º de dicho tratado no se lo pueden saltar a la torera, ya que si alguna vez abandonaran esa colonia, no tendrían más remedio que: “Si en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender, o enajenar de cualquier modo la propiedad de la dicha ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado, por este Tratado, que siempre se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla”. Por el momento quizás hayamos puesto una pica, y no en Flandes, sino nuestra bandera en la calle Irish Town, de Gibraltar, donde España ha instalado el Instituto Cervantes, desde donde ese poeta local dice que el idioma inglés puede salirle del corazón, pero el español le sale de las entrañas; y casi estoy seguro de que eso mismo les ocurre a una gran mayoría de gibraltareños.
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