domingo, 8 de marzo de 2009

DISCREPANCIAS SOBRE UNA BODA
Mauritania pide comprensión a España por el juicio a los padres de Selamha, y al marido de ésta, Mokhtar Salem, que fue obligada a casarse cuando solo tenía 14 años. Según leo en la prensa el argumento más utilizado para pedir clemencia es el de “reciprocidad”. Qué palabra más dulce y bonita: recíproco, que es algo mutuo entre una y otra persona. Obviamente, era una cosa que no tenían la pareja en cuestión. Claro que Mauritania entiende, que si su justicia no puede encarcelar a un español que bebe alcohol en su país, los españoles no pueden juzgar en su lugar a supuestos extravíos sociales. O sea, esta gente, según su ley, compara la crueldad, y aberración, de casar una niña de tan solo 14 años, con un tío de 40, con la de un español que se toma una cerveza en su país. Hombre, creo que si ese español en vez de tomarse una cerveza, se toma varias, y encima arma una bronca, pues que lo encierren en la cárcel, y que se joda, por borrachín, y escandaloso; pero comparar una cosa con la otra, es algo, que para cualquier persona con algo de decencia, y por muchas leyes ancestrales a que se acojan, es una abominación, y una crueldad. El embajador de Mauritania en España dice que hay que tener en cuenta las especificidades culturales y religiosas de un país como el suyo, en el que los matrimonios, con gran diferencia de edades son muy frecuentes, y también es necesario comprender al prójimo. Esto de la comprensión al prójimo, a alguien le puede llegar al alma. Pues muy bien, señor embajador, yo no sé lo que entenderá usted por comprender al prójimo, pero como dice que hay que entenderlo, que ya lo hacemos, con toda la objetividad posible yo, como español, no comparto, lo condeno y lo aborrezco, que una niña de tan solo 14 años, sea obligada a casarse con un hombre de 40, y encima que sea amenazada por su padre, con tirar la primera piedra en su lapidación, si no se casaba con el tal Mokhtar; que por cierto es su primo.

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