HACE TREINTA Y SEIS AÑOS
En septiembre de 1973, hace ahora treinta y seis años, el dictador Pinochet, ordenó asesinar, junto a varios miles de chilenos, al poeta, Victor Jara. Mientras sus verdugos, tomaban sus descansos, cuando lo torturaban en el Estadio Chile, de la capital, Santiago, en estos ratos, ensangrentado, dolorido, y con las manos rotas, tuvo tiempo de escribir estos versos desgarradores, que un amigo, guardó y más tarde distribuyó, como un valioso tesoro: “¡Ay!, canto que mal que sales/ cuando tengo que cantar espanto. / Espanto como el que vivo./ Espanto como el que muero,/ de verme entre tantos y tantos/ momento de infinito/ en que el silencio y el grito,/ son las metas de este canto/ lo que veo nunca vi,/ lo que he sentido, y lo que siento/ harán brotar el momento….”. La palabra: “sale”, del primer verso, hay quien opina que, debido a que el papel estaba muy deteriorado, era: “sabes”. Como todos los poetas, Victor Jara, transformaba en belleza, toda la mierda y la detritus asesina de la dictadura de su país, auspiciada por Nixon, el “emperador del mundo”, de entonces. Hay quien compara, por la similitud de sus muertes, con nuestro poeta Federico García Lorca, y Victor Jara; como también a Franco y a Pinochet. A ambos, como grandes tiranos, les gustaba tener la fama de liberadores, y los dos con el mismo odio hacia los comunistas. También los dos fueron “bendecidos” por
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