LA VIDA AL REVÉS
Joaquín Salvador Lavado, “Quino”, dibujante humorístico, decía en una de sus viñetas: “Siempre he pensado que la forma en la que la vida fluye está mal. Debería ser al revés: uno debería morir primero, para vivir después. Primero, vivir en un asilo hasta que ya no seas tan viejo y puedas salir de allí. Entonces empiezas a trabajar durante 40 años, (o más), hasta que eres lo suficientemente joven para disfrutar de tu jubilación. Luego fiestas, parrandas, alcohol, diversión, amantes, novi@s, hasta que estés listo para empezar la secundaria. Después pasas a primaria, y eres un niño que se pasa el día jugando sin responsabilidades de ningún tipo. Luego pasas a bebé y te encuentras en el vientre materno. Ahí pasas los mejores 9 meses de tu vida, flotando en el tibio líquido amniótico hasta que tu vida se apaga en un tremendo orgasmo (el de tus padres)”. Se imaginan ustedes al aragonés, regeneracionista, Joaquín Costa, si de niño hubiese leído cuando de mayor escribió: “Escuela, despensa y siete lleves para el sepulcro del Cid”, o que España debía dejar de ser gobernada porque quienes debieran estar entre rejas en Ceuta, en un manicomio, o sentados en el banco de una escuela. También a Franco, de niño en Ferrol, (aún no era Del Caudillo) leyendo cada una de sus firmas de sentencias de muertes, y el: “Cautivo y desarmado el ejército rojo….”. Yo me imagino a mi mismo, escribiendo para este periódico, cuando era un chaveílla, en los meses de la cría de los gusanos de seda, cuando mi primo Juan y yo, íbamos andando hasta el Hospital Doker, donde había un árbol de moreras muy frondoso, junto a la vía, que sus hojas nos proporcionaban la comida para los gusanos. (La insensatez ha dado lugar a que ése árbol ya no exista). Otra imagen es la de un niño cualquiera frente a una casa de putas, o “Casa de Venus”, que fue un lupanar jardín, donde él, de mayor, iba a que las mujeres, que eran como magnolios y jazmines olorosos, lo abrazaran íntimamente. A Aznar, vestido de comunión, observando la fotografía de Las Azores, o con sus pies encima de la mesa de Busch. A Felipe González, cuando cuidaba las vacas de su padre en Sevilla, firmando, como Presidente del Gobierno, la adhesión de España a Europa. A Rajoy, cuando era estudiante en Pontevedra, verse sufriendo como jefe de una oposición (espías incluidos) que baja en picado en intención de votos frente a Zapatero, a pesar de la tremenda crisis, que azota al mundo entero, que no solamente a España. A Miguel de Unamuno, correteando de niño, por el barrio viejo de Bilbao, leyendo unos versos de cuando tenía 60 años, desterrado en Fuerteventura: “Voy ya, Señor, a los sesenta, historia/ larga mi vida de tenaz empeño, / y siento el peso del eterno sueño / que llega con la carga de la gloria/”.
Como el humor siempre ha sido algo parecido a un misil que derriba las defensas de la compostura, existe un refrán, que no sé si vendrá bien a este humilde escrito; dedicado a la mujer que, con el paso de los años, va para quedar soltera: “De quince a veinte, que venga, tenga y convenga. De veinte a veinticinco, que venga y tenga, aunque no convenga. De veinticinco a treinta, que venga, tenga o no tenga, y convenga o no convenga”.
sábado, 31 de enero de 2009
sábado, 17 de enero de 2009
una charnega muy locuaz
UNA CHARNEGA MUY LOCUAZ
En Barcelona, en las décadas 50 y 60 del siglo pasado, un charnego era alguien, hijo de padre catalán y madre originaria de otra región, o viceversa. Este apelativo, algunos, que lo tomaban peyorativamente, lo recibían de malhumor, y otros, sin importarles un carajo, sonreían olímpicamente. Digo esto porque la diputada del Parlamento Catalán, Monserrat Nebrera, dice en su blog que sus abuelos (no dice si son paternos o maternos), eran naturales de Baeza, (Jaén), por lo tanto algo de charnega tiene, ya que ella dice que es andaluza en un 50%. Yo me imagino que estos abuelos habrán sentido algo de bochorno al oír los comentarios que su nieta hace del acento de su tierra, al decir que la ministra Magdalena Álvarez, que es de Cádiz, y criada en Málaga: “(…) tiene un acento de broma, y de chiste malo; es chulesco y atragantado, agigantado en su incomprensibilidad por el hecho de ser andaluza”, y que cuando llama a Córdoba no entiende lo que le hablan, y para acabarlo de arreglar dice que la ministra tiene acento chulesco, insultante y barriobajero: “¡es, chula!”, dijo. Para los andaluces esto ha sido un eructo apestoso, o pedo bucal, como diría un buen amigo que, debido al clorhídrico estomacal, ha dejado un hedor, en el ambiente político, a butifarra, con monchetas avinagradas. Para otros es lisa y llanamente un rebuzno, lanzado por una pija charnega que se cree superior a los andaluces. También hubo, como Vidal Cuadra, el que tiene la voz quebrada, que puso de chupa de dómine a Blas Infante; y Ana Mato, la que se le ocurrió decir que los niños andaluces eran “prácticamente analfabetos”, y que alguien en Melilla quería darle un premio por algo que estaba obligada a hacer en Europa, porque para eso cobra sus buenas dietas; pero si se fijan, los tres son del PP. Por otra parte me gustaría saber la opinión de esta parlamentaria catalana, con su 50% de andaluz, cuando Aznar tanto hizo disfrutar a sus enemigos políticos, por su buen acento de tejano, hablado en la misma Tejas de los USA.
Javier Arenas, el que lleva 30 años sin comerse una rosca en Andalucía, por su falta de capacidad de echar a Chaves, junto a su heraldo, Antonio Sanz, dice que la catalana no representa al PP porque no tiene un cargo orgánico. No sé, pero, entonces: ¿a quién representa esta señora en Cataluña?.
He leído que el PSOE le va a enviar, (quizás ya lo tenga en sus manos), las obras de Juan Ramón Jiménez, para ver si entiende, aprende, pide perdón a los andaluces, y reconduce su desprecio al acento de esta tierra. Yo, la verdad es que en vez de las obras del escritor de Moguer, que deben costar un pastón, le enviaría los cagajones de su “Platero”, para que ayudara, con su estiércol a fertilizar sus macetas y plantas, que imagino tendrá en su casa.
En Barcelona, en las décadas 50 y 60 del siglo pasado, un charnego era alguien, hijo de padre catalán y madre originaria de otra región, o viceversa. Este apelativo, algunos, que lo tomaban peyorativamente, lo recibían de malhumor, y otros, sin importarles un carajo, sonreían olímpicamente. Digo esto porque la diputada del Parlamento Catalán, Monserrat Nebrera, dice en su blog que sus abuelos (no dice si son paternos o maternos), eran naturales de Baeza, (Jaén), por lo tanto algo de charnega tiene, ya que ella dice que es andaluza en un 50%. Yo me imagino que estos abuelos habrán sentido algo de bochorno al oír los comentarios que su nieta hace del acento de su tierra, al decir que la ministra Magdalena Álvarez, que es de Cádiz, y criada en Málaga: “(…) tiene un acento de broma, y de chiste malo; es chulesco y atragantado, agigantado en su incomprensibilidad por el hecho de ser andaluza”, y que cuando llama a Córdoba no entiende lo que le hablan, y para acabarlo de arreglar dice que la ministra tiene acento chulesco, insultante y barriobajero: “¡es, chula!”, dijo. Para los andaluces esto ha sido un eructo apestoso, o pedo bucal, como diría un buen amigo que, debido al clorhídrico estomacal, ha dejado un hedor, en el ambiente político, a butifarra, con monchetas avinagradas. Para otros es lisa y llanamente un rebuzno, lanzado por una pija charnega que se cree superior a los andaluces. También hubo, como Vidal Cuadra, el que tiene la voz quebrada, que puso de chupa de dómine a Blas Infante; y Ana Mato, la que se le ocurrió decir que los niños andaluces eran “prácticamente analfabetos”, y que alguien en Melilla quería darle un premio por algo que estaba obligada a hacer en Europa, porque para eso cobra sus buenas dietas; pero si se fijan, los tres son del PP. Por otra parte me gustaría saber la opinión de esta parlamentaria catalana, con su 50% de andaluz, cuando Aznar tanto hizo disfrutar a sus enemigos políticos, por su buen acento de tejano, hablado en la misma Tejas de los USA.
Javier Arenas, el que lleva 30 años sin comerse una rosca en Andalucía, por su falta de capacidad de echar a Chaves, junto a su heraldo, Antonio Sanz, dice que la catalana no representa al PP porque no tiene un cargo orgánico. No sé, pero, entonces: ¿a quién representa esta señora en Cataluña?.
He leído que el PSOE le va a enviar, (quizás ya lo tenga en sus manos), las obras de Juan Ramón Jiménez, para ver si entiende, aprende, pide perdón a los andaluces, y reconduce su desprecio al acento de esta tierra. Yo, la verdad es que en vez de las obras del escritor de Moguer, que deben costar un pastón, le enviaría los cagajones de su “Platero”, para que ayudara, con su estiércol a fertilizar sus macetas y plantas, que imagino tendrá en su casa.
domingo, 11 de enero de 2009
publicidad en el bus
PUBLICIDAD EN EL BUS
En las cajetillas de tabaco se puede leer que si fumas su contenido, perjudica mucho tu salud, además que, por el alquitrán y todas las mierdas que contiene cada pitillo, puedes palmarla de cáncer de pulmón, o de laringe. Por eso a los menores de edad les está prohibido adquirirlas en los establecimientos, como los estancos, los kioscos, que para mí éstos siempre serán los “carrillos”, donde alquilábamos los tebeos por dos gordas, y las novelas de Corín Tellado, o de Marcial Lafuente Estefanía, por dos reales. También el alcohol, léase: güisqui, o ron, a los menores les está vedada su compra en las tiendas, aunque algunos mayores sin escrúpulos se las compran, y también se las venden, y luego vienen las borracheras, con sus peligrosos comas etílicos incluidos. Eso de la cajetilla de tabaco es una publicidad muy recomendable para todo el mundo, porque ya se sabe que el fumar es muy malo, y más aún si son los que algunos llaman: “cigarritos de la risa”. Sobre la publicidad, ahora resulta que en los autobuses de Barcelona, y más tarde en los de Sevilla, Zaragoza, Bilbao, y Valencia, se podrá leer: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”, con otra: “Dios sí existe. Disfruta de la vida en Cristo”. Creo que en sus frases finales, quieren decir lo mismo: los unos que no nos preocupemos, y que disfrutemos de la vida, y los otros igualmente, pero que sea junto a Cristo. No sé, pero me da la impresión que algún “mascabrevas”, con estas frases, se lance a la calle queriendo “iluminarnos” la vida a los demás, y habrá quienes aporten una pasta gansa para que sus bombillas, tanto ateas como católicas, no se apaguen nunca. Yo estoy en que la publicidad en los autobuses, en vallas, o en cualquier otra parte, se pueda seguir viendo una señora ligerita de ropa, con los ojos caídos, y los labios besucones, mirando a un joven bien parecido, en bañador, donde se le noten sus atributos masculinos, como a los toreros, con su apretada taleguilla, y que su barriga diste mucho de ser cervecera, y todo para anunciar un desodorante, o una colonia, con olor a lavanda, con el nombre de algún actor de moda. También un coche, que te puede costar un huevo, y que a los dos años te está pidiendo taller, mientras se lo estás pagando al banco, que el Gobierno le ha entregado un pastón, de todos nosotros, para que abone lo que debe a sus colegas extranjeros. A mucha gente le agradaría saber que ya es hora de que se acometa en España la separación de la Iglesia y el Estado, y que cada cual crea en lo que más le guste, y convenga. Yo conozco a varias personas que no creen en Dios, y son tan felices, y tan buenas de corazón, como el mejor de los creyentes. Además, entiendo que decirle a la gente que piense por sí misma, no creo que pueda ser nada malo. Dice Fernando Savater: “El laicismo no persigue a los creyentes, sino que da campo abierto a todas las creencias por igual, pero siempre en la conciencia de cada cual”. Existe otra frase que muy bien puede cuadrar a todo esto: “Por la libertad de culto, sé culto”.
En las cajetillas de tabaco se puede leer que si fumas su contenido, perjudica mucho tu salud, además que, por el alquitrán y todas las mierdas que contiene cada pitillo, puedes palmarla de cáncer de pulmón, o de laringe. Por eso a los menores de edad les está prohibido adquirirlas en los establecimientos, como los estancos, los kioscos, que para mí éstos siempre serán los “carrillos”, donde alquilábamos los tebeos por dos gordas, y las novelas de Corín Tellado, o de Marcial Lafuente Estefanía, por dos reales. También el alcohol, léase: güisqui, o ron, a los menores les está vedada su compra en las tiendas, aunque algunos mayores sin escrúpulos se las compran, y también se las venden, y luego vienen las borracheras, con sus peligrosos comas etílicos incluidos. Eso de la cajetilla de tabaco es una publicidad muy recomendable para todo el mundo, porque ya se sabe que el fumar es muy malo, y más aún si son los que algunos llaman: “cigarritos de la risa”. Sobre la publicidad, ahora resulta que en los autobuses de Barcelona, y más tarde en los de Sevilla, Zaragoza, Bilbao, y Valencia, se podrá leer: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”, con otra: “Dios sí existe. Disfruta de la vida en Cristo”. Creo que en sus frases finales, quieren decir lo mismo: los unos que no nos preocupemos, y que disfrutemos de la vida, y los otros igualmente, pero que sea junto a Cristo. No sé, pero me da la impresión que algún “mascabrevas”, con estas frases, se lance a la calle queriendo “iluminarnos” la vida a los demás, y habrá quienes aporten una pasta gansa para que sus bombillas, tanto ateas como católicas, no se apaguen nunca. Yo estoy en que la publicidad en los autobuses, en vallas, o en cualquier otra parte, se pueda seguir viendo una señora ligerita de ropa, con los ojos caídos, y los labios besucones, mirando a un joven bien parecido, en bañador, donde se le noten sus atributos masculinos, como a los toreros, con su apretada taleguilla, y que su barriga diste mucho de ser cervecera, y todo para anunciar un desodorante, o una colonia, con olor a lavanda, con el nombre de algún actor de moda. También un coche, que te puede costar un huevo, y que a los dos años te está pidiendo taller, mientras se lo estás pagando al banco, que el Gobierno le ha entregado un pastón, de todos nosotros, para que abone lo que debe a sus colegas extranjeros. A mucha gente le agradaría saber que ya es hora de que se acometa en España la separación de la Iglesia y el Estado, y que cada cual crea en lo que más le guste, y convenga. Yo conozco a varias personas que no creen en Dios, y son tan felices, y tan buenas de corazón, como el mejor de los creyentes. Además, entiendo que decirle a la gente que piense por sí misma, no creo que pueda ser nada malo. Dice Fernando Savater: “El laicismo no persigue a los creyentes, sino que da campo abierto a todas las creencias por igual, pero siempre en la conciencia de cada cual”. Existe otra frase que muy bien puede cuadrar a todo esto: “Por la libertad de culto, sé culto”.
lunes, 5 de enero de 2009
educación y formación
EDUCACION Y FORMACION
Hace ahora casi ochenta años existía una frase muy famosa en Melilla: “En el Rif quien desfila primero es el Banco de España, a continuación la Policía y Regulares, y finalmente, los españoles”. Eran los años en que también se dio a conocer el proverbio rifeño: “El resto de las kábilas danzan al son del tambor de los Waryaghli (Beni Urriaguel)”. En la actualidad, leyendo algunos artículos publicados en este diario, alguien muy mal pensado, puede creer que estamos en la segunda década del siglo pasado, cuando España llevaba pocos años en el Protectorado de Marruecos; gobernando los cinco territorios, compuestos por las sesenta y seis kábilas, después de que Francia se quedara con: “El rico bocado de Taza, los fértiles campos del Werga, y las llanuras, con tantas riquezas escondidas del Garb, mientras que a España le dejó: el Hueso de Yebala y la Espina del Rif”. Obviamente, ahora ya no desfilan nuestra policía, ni tampoco los Regulares, pero sí que el Banco de España, con su espina del Rif clavada en su alma, y el hueso de Yebala cargado con dignidad, abona, por medio de los Presupuestos Generales del Estado, los que pagamos entre todos, los gastos que originan los marroquíes, provenientes de esas sesenta y seis kábilas, y de otras muchas más, incluidos, claro está, los de la “inercia” de los 80, con sus dobles nacionalidades, y sus hijos, nacidos éstos en España, y tratados como a cualquiera que hayan nacido en Cáceres o en Logroño.
Sobre la educación, mucha gente, incluidos algunos padres, la confunden con la formación. Aquélla se adquiere en los hogares, con papá y mamá, desde muy chiquitito, enseñándoles, entre otras cosas, por ejemplo: no dañar el mobiliario público, no lanzar piedras a los autobuses, no escupir, ni “sonarse” los mocos en la vía pública, porque eso está asqueroso, o sea, tener un comportamiento civilizado. En fin, esas cosas que comúnmente llaman urbanidad, y buenos modos. Y la formación, ya lo dice la misma palabra: formar, que es en las aulas donde se adquiere el desarrollo, o la aptitud, para que en el futuro se pueda vivir con la dignidad propia del ser humano.
Claro que si en España, alguien cree que algunos políticos tienen un “indigno comportamiento” y dañan, y lesionan, sus derechos culturales, lo que deben hacer sin más dilación, y prontitud, es reclamar a los que están gobernando, y a las instituciones competentes que apliquen el art. 3º/ 3 de la Constitución, y el art. 5º/ H del Estatuto de la Ciudad Autónoma, al pie de la letra, y no acomodar sus escritos, solamente a un determinado grupo político, se llamen Yamina, Bartolomé, Antonia o Abdelkader, porque tanto los unos como los otros, todos ellos, con sus aciertos, sus demagogias, y sus buenos sueldos, representan a los ciudadanos, hablen éstos el castellano y el chelja, o solamente la lengua de Cervantes.
Hace ahora casi ochenta años existía una frase muy famosa en Melilla: “En el Rif quien desfila primero es el Banco de España, a continuación la Policía y Regulares, y finalmente, los españoles”. Eran los años en que también se dio a conocer el proverbio rifeño: “El resto de las kábilas danzan al son del tambor de los Waryaghli (Beni Urriaguel)”. En la actualidad, leyendo algunos artículos publicados en este diario, alguien muy mal pensado, puede creer que estamos en la segunda década del siglo pasado, cuando España llevaba pocos años en el Protectorado de Marruecos; gobernando los cinco territorios, compuestos por las sesenta y seis kábilas, después de que Francia se quedara con: “El rico bocado de Taza, los fértiles campos del Werga, y las llanuras, con tantas riquezas escondidas del Garb, mientras que a España le dejó: el Hueso de Yebala y la Espina del Rif”. Obviamente, ahora ya no desfilan nuestra policía, ni tampoco los Regulares, pero sí que el Banco de España, con su espina del Rif clavada en su alma, y el hueso de Yebala cargado con dignidad, abona, por medio de los Presupuestos Generales del Estado, los que pagamos entre todos, los gastos que originan los marroquíes, provenientes de esas sesenta y seis kábilas, y de otras muchas más, incluidos, claro está, los de la “inercia” de los 80, con sus dobles nacionalidades, y sus hijos, nacidos éstos en España, y tratados como a cualquiera que hayan nacido en Cáceres o en Logroño.
Sobre la educación, mucha gente, incluidos algunos padres, la confunden con la formación. Aquélla se adquiere en los hogares, con papá y mamá, desde muy chiquitito, enseñándoles, entre otras cosas, por ejemplo: no dañar el mobiliario público, no lanzar piedras a los autobuses, no escupir, ni “sonarse” los mocos en la vía pública, porque eso está asqueroso, o sea, tener un comportamiento civilizado. En fin, esas cosas que comúnmente llaman urbanidad, y buenos modos. Y la formación, ya lo dice la misma palabra: formar, que es en las aulas donde se adquiere el desarrollo, o la aptitud, para que en el futuro se pueda vivir con la dignidad propia del ser humano.
Claro que si en España, alguien cree que algunos políticos tienen un “indigno comportamiento” y dañan, y lesionan, sus derechos culturales, lo que deben hacer sin más dilación, y prontitud, es reclamar a los que están gobernando, y a las instituciones competentes que apliquen el art. 3º/ 3 de la Constitución, y el art. 5º/ H del Estatuto de la Ciudad Autónoma, al pie de la letra, y no acomodar sus escritos, solamente a un determinado grupo político, se llamen Yamina, Bartolomé, Antonia o Abdelkader, porque tanto los unos como los otros, todos ellos, con sus aciertos, sus demagogias, y sus buenos sueldos, representan a los ciudadanos, hablen éstos el castellano y el chelja, o solamente la lengua de Cervantes.
MIOPIA O CERRAZÓN
La caspa, como todos sabemos son esas escamillas blanquecinas que a algunas personas se le forman en la cabeza, y ponen perdidas las hombreras, y aún más si llevas un traje oscuro. Otra clase de caspa es la que queda en las llagas, hinchadas, después de curadas, que tanto placer da cuando se les rasca con suavidad. Existe otra que no viene en el RAE; la llamada “caspa rancia”, o “caspa rencorosa”. La primera se puede curar con agua y algún champú acondicionador; la segunda solamente se debe esperar a que cure del todo. La tercera, es la más jodida, es la que más trabajo les cuesta a algunas personas quitarse de encima. Esta gente, con su caspa rancia está tan llena de rencor y de odio, que no se acuerdan de que han estado 40 años recogiendo sus magras catorce cosechas anuales, y ahora en su vejez, en el silo donde guarda su grano, el Estado no los ha abandonado, cosa que no hicieron los vencedores con los perdedores. Entre otras lindezas dicen: “Los perdedores, de verdugos que fueron, se han convertido en víctimas”; o: “Antes en las Cortes (franquistas, por supuesto), eran todos, para todos”, como los mosqueteros, y alguno dirá, que eran: “como Juan Palomo, yo me lo guiso, y yo me lo como”. Sobre la frase de Azaña: “Paz, Piedad y Perdón””, como son tan sutiles, no dicen (o no lo saben) que es el final de un discurso que el Presidente de la República pronunció en el Ayuntamiento de Barcelona, el 18 de julio de 1938, que entre otras cosas dijo: “(…) Que piensen en los muertos y escuchen su lección, de hombres que han caído embravecidos en la batalla por un ideal grandioso, que ahora en la tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen rencor, enviándonos destellos de luz; el mensaje de la Patria eterna que dice a todos sus hijos: PAZ., PIEDAD Y PERDÓN”. Este hombre encarnó los valores cívicos y laicos de la Republica, y orgulloso de pertenecer y fomentar una sociedad capaz de dotarse de instituciones libres. Y sobre la famosa frase, que publicó El Sol, de Madrid, el 14 de octubre de 1931, que muchos de sus detractores la usan para despotricarlo: “España ha dejado de ser católica”, deben seguir leyendo, o escribiendo, lo que dijo a continuación: “(…) El problema político consiguiente es organizar un Estado, que quede adecuado a esta fase nueva e histórica del pueblo español”. El golpe de estado, de Lesa Patria, que los salvadores patrioteros dieron en España, y todo lo que acarrearía después, hizo que se exiliara en Montauban, Francia, y falleciera el 3 de noviembre de 1940, en un modesto hotel, bajo el amparo de la bandera mejicana, y protegido de los nazis, y de los comandos que el “cuñadísimo” Serrano Suñer enviaba para raptarlo y fusilarlo aquí en España, como a tantos miles que mataron después de haber “liberado” a España, para hacerla “Una, Grande y Libre”. Si me lo permiten, solamente un consejo: Cuando se encuentren sentados en un banco de cualquier iglesia, recen en la PAZ del Señor, con la PIEDAD de un buen cristiano, que busca el PERDÓN de sus pecados; porque creo que ese es el mejor cepillo de bondad, de humildad, y de amor al prójimo, que sirve para quitarse de encima toda la caspa de odio inútil y rancio que para nada vale evocar en este siglo. MIOPIA O CERRAZÓN
La caspa, como todos sabemos son esas escamillas blanquecinas que a algunas personas se le forman en la cabeza, y ponen perdidas las hombreras, y aún más si llevas un traje oscuro. Otra clase de caspa es la que queda en las llagas, hinchadas, después de curadas, que tanto placer da cuando se les rasca con suavidad. Existe otra que no viene en el RAE; la llamada “caspa rancia”, o “caspa rencorosa”. La primera se puede curar con agua y algún champú acondicionador; la segunda solamente se debe esperar a que cure del todo. La tercera, es la más jodida, es la que más trabajo les cuesta a algunas personas quitarse de encima. Esta gente, con su caspa rancia está tan llena de rencor y de odio, que no se acuerdan de que han estado 40 años recogiendo sus magras catorce cosechas anuales, y ahora en su vejez, en el silo donde guarda su grano, el Estado no los ha abandonado, cosa que no hicieron los vencedores con los perdedores. Entre otras lindezas dicen: “Los perdedores, de verdugos que fueron, se han convertido en víctimas”; o: “Antes en las Cortes (franquistas, por supuesto), eran todos, para todos”, como los mosqueteros, y alguno dirá, que eran: “como Juan Palomo, yo me lo guiso, y yo me lo como”. Sobre la frase de Azaña: “Paz, Piedad y Perdón””, como son tan sutiles, no dicen (o no lo saben) que es el final de un discurso que el Presidente de la República pronunció en el Ayuntamiento de Barcelona, el 18 de julio de 1938, que entre otras cosas dijo: “(…) Que piensen en los muertos y escuchen su lección, de hombres que han caído embravecidos en la batalla por un ideal grandioso, que ahora en la tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen rencor, enviándonos destellos de luz; el mensaje de la Patria eterna que dice a todos sus hijos: PAZ., PIEDAD Y PERDÓN”. Este hombre encarnó los valores cívicos y laicos de la Republica, y orgulloso de pertenecer y fomentar una sociedad capaz de dotarse de instituciones libres. Y sobre la famosa frase, que publicó El Sol, de Madrid, el 14 de octubre de 1931, que muchos de sus detractores la usan para despotricarlo: “España ha dejado de ser católica”, deben seguir leyendo, o escribiendo, lo que dijo a continuación: “(…) El problema político consiguiente es organizar un Estado, que quede adecuado a esta fase nueva e histórica del pueblo español”. El golpe de estado, de Lesa Patria, que los salvadores patrioteros dieron en España, y todo lo que acarrearía después, hizo que se exiliara en Montauban, Francia, y falleciera el 3 de noviembre de 1940, en un modesto hotel, bajo el amparo de la bandera mejicana, y protegido de los nazis, y de los comandos que el “cuñadísimo” Serrano Suñer enviaba para raptarlo y fusilarlo aquí en España, como a tantos miles que mataron después de haber “liberado” a España, para hacerla “Una, Grande y Libre”. Si me lo permiten, solamente un consejo: Cuando se encuentren sentados en un banco de cualquier iglesia, recen en la PAZ del Señor, con la PIEDAD de un buen cristiano, que busca el PERDÓN de sus pecados; porque creo que ese es el mejor cepillo de bondad, de humildad, y de amor al prójimo, que sirve para quitarse de encima toda la caspa de odio inútil y rancio que para nada vale evocar en este siglo. MIOPIA O CERRAZÓN
Suscribirse a:
Entradas (Atom)