ICONOCLASTAS
El pasado, como la Memoria Histórica, sin ser para nada un exégeta, hay que explicarlo con toda la objetividad posible, comentarlo, y glosar las palabras; pero siempre sin dañar a nadie; y no incidir, a estas alturas, llamando iconoclastas a las turbas que quemaron iglesias en los años 30, porque es como rizar el rizo, con el cuento de nunca acabar: “y tú más”. Porque si aquélla gente fueron unos bestias salvajes, tampoco le andaban a la zaga los otros, uniformados, cuando entraban en los pueblos ocupados. Además que la palabra se las trae, “iconoclasta”, que con solo coger un diccionario dice: “Hereje del siglo VIII, que negaba el culto debido a las sagradas imágenes, destruyéndolas, y persiguiendo a quienes los veneraban”. Alguien opina que estas izquierdas son unas rencorosas, cuyo principal dirigente, el socialismo español, creador de leyes, director de conductas y asociaciones juveniles, creo que le obliga a recordar, por ejemplo, cómo era aquélla España, donde los ricos decían que en las casas de los pobres había mucha dignidad, cuando lo que verdaderamente había mucha hambre, cuyos gobernantes mantenían en la miseria a la mayor parte de la población, mientras calmaban su rencor con las obras de caridad, que llamaban: Paz, Trabajo y Progreso. Paz con un millón de muertos, y miles de ellos en cunetas perdidas, mientras que los muertos, llamados caídos, del bando ganador figuraban en lápidas y “Cruces de los Caídos, por Dios y por España”. El Trabajo, con cientos de miles de trabajadores en el extranjero, y con el famoso sindicato vertical, que solo representaba al empresario; y el Progreso, que nos dejaban hacer, con cuenta-gotas, las demás naciones, después de expulsarnos de su Asociación, (actual ONU) motivado por la no existencia, ni por asomo, de una pizca de libertad, aunque, eso si, el dictador fuese bajo palio en las iglesias, acto que algunos guasones decían que eso era la hostia, y otros la rehostia. Entonces se “disfrutaba”, en los primeros años del franquismo, de una gran herencia de dolor, destrucción y miseria. Sobrevivir era el único objetivo de los españoles, y más de los perdedores, tanto sus viudas, como sus hijos. Quizás debe también hacer memoria, y recordar que estas mismas izquierdas actuales, tan “rencorosas”, y con los genes iconoclastas de aquéllas, son las que pactaron en Toledo (1985), con todas las fuerzas políticas, unas pensiones, que para algunos fueron miserables, aunque trabajaron toda su vida, con los mismos derechos que otros, que durante 40 años disfrutaron de unos privilegios que el dictador les concedió, las triplicaban, aunque fueran tan prostáticos, tanto los unos como los otros. Yo creo que el que pasó frío y hambre de chico, tendrá frío y hambre siempre; igual que el meapilas que odia desde pequeño; odio que no se le ira de la mente hasta que deje de respirar ese rencor por los poros de su cuerpo, que no de su alma. Yo siempre que leía el parte de guerra en una de las puertas del Parque Hernández, en la Plaza de España, me preguntaba: si el Ejército Rojo, cuando acabó la guerra, estaba desarmado y cautivo, ¿porqué hubo esa represión tan brutal sobre ellos durante 40 años?.
sábado, 25 de abril de 2009
sábado, 18 de abril de 2009
España es madre, no madrastra
ESPAÑA SIEMPRE HA SIDO MADRE, NO MADRASTRA
No estaba seguro si titular este escrito: “Contra la insatisfecha bulimia de las palabras”, o: “España siempre ha sido madre, no madrastra”. Al final me he decidido por éste último, que creo más conveniente, y más familiar y cariñoso; por lo de madre, me refiero, que como saben solo hay una. Hace unos días leía en estas mismas páginas que alguien, que al parecer padece de bulimia de palabras, y sin cortarse un pelo en sus comentarios, decía que en Melilla hay un paulatino reemplazo de un colectivo decadente, por otro más pujante, que se ve en todos los ámbitos de la ciudad. Si no me equivoco, imagino que el decadente se refería al español que lleva en la ciudad desde 1497, más o menos desde que es España, -sin la preposición: de-, como, por ejemplo: Estopiñán, López Moreno, Miguel de Perea, Martín Zermeño, Margallo, Manuel Buceta, Enrique Nieto, Julio Benítez, Guerrero Strachan, Carcaño, y tantos miles de compatriotas que dieron sus vidas por este trocito de España; y si alguien tiene curiosidad solo debe darse un paseo por nuestro Cementerio, y leer algunos de los nombres en las viejas lápidas, ya sean personales o colectivas. Y como es natural el colectivo pujante sería el musulmán. Pero claro, que, a mucha gente le gustaría que especificaran si estos pujantes ciudadanos, son los musulmanes-marroquíes, que residen en la ciudad, disfrutando de nuestra democracia, que al cruzar nuestras fronteras, paren sus mujeres en nuestros hospitales, hospitales que costeamos todos con nuestros impuestos, -es un ejemplo-. También los musulmanes que tienen la doble nacionalidad, que mientras ponen un pie en Beni Enzar son marroquíes, y si lo hacen en el lado nuestro fronterizo, como “entre Pinto y Valdemoro”, son españoles, de toda la vida, o desde 1986, o también los que sencilla y llanamente son musulmanes-españoles; españoles como lo fueron los que he citado antes, y como es este que les escribe. Por otra parte creo que alguien, con autoridad y, sin miedo a las papeletas, que cada cuatro años depositamos en las urnas debiera decir a los desinformados que España, mediante la Carta Magna, y el Estatuto de Melilla, art. 5º-H, ya contempla la ayuda para esos “huérfanos, y mudos musulmanes desprotegidos, que no encuentran atención a la hora de solicitar ayuda”. También mucha gente puede sentir un poco de bochorno, -yo no-, al saber que parte de sus impuestos va a parar a esa ayuda, para ciudadanos de otro país, país que ya ha puesto su “pica”, que no en Flandes, sino en nuestra ciudad, al recibir sus súbditos, que no ciudadanos, la ayuda que él no les presta como debiera. También los “quintacolumnistas”, que haberlos haylos, que bullen, o pululan, por la ciudad, debieran saber que en vez de la bandera que ellos desean que ondee en esa pica, solo verán una perenne negativa, que alguien irrespetuoso, y con jocosidad, que también haberlos, haylos, -yo no-, transformaría en un solemne y marcial corte de manga en dos tiempos.
No estaba seguro si titular este escrito: “Contra la insatisfecha bulimia de las palabras”, o: “España siempre ha sido madre, no madrastra”. Al final me he decidido por éste último, que creo más conveniente, y más familiar y cariñoso; por lo de madre, me refiero, que como saben solo hay una. Hace unos días leía en estas mismas páginas que alguien, que al parecer padece de bulimia de palabras, y sin cortarse un pelo en sus comentarios, decía que en Melilla hay un paulatino reemplazo de un colectivo decadente, por otro más pujante, que se ve en todos los ámbitos de la ciudad. Si no me equivoco, imagino que el decadente se refería al español que lleva en la ciudad desde 1497, más o menos desde que es España, -sin la preposición: de-, como, por ejemplo: Estopiñán, López Moreno, Miguel de Perea, Martín Zermeño, Margallo, Manuel Buceta, Enrique Nieto, Julio Benítez, Guerrero Strachan, Carcaño, y tantos miles de compatriotas que dieron sus vidas por este trocito de España; y si alguien tiene curiosidad solo debe darse un paseo por nuestro Cementerio, y leer algunos de los nombres en las viejas lápidas, ya sean personales o colectivas. Y como es natural el colectivo pujante sería el musulmán. Pero claro, que, a mucha gente le gustaría que especificaran si estos pujantes ciudadanos, son los musulmanes-marroquíes, que residen en la ciudad, disfrutando de nuestra democracia, que al cruzar nuestras fronteras, paren sus mujeres en nuestros hospitales, hospitales que costeamos todos con nuestros impuestos, -es un ejemplo-. También los musulmanes que tienen la doble nacionalidad, que mientras ponen un pie en Beni Enzar son marroquíes, y si lo hacen en el lado nuestro fronterizo, como “entre Pinto y Valdemoro”, son españoles, de toda la vida, o desde 1986, o también los que sencilla y llanamente son musulmanes-españoles; españoles como lo fueron los que he citado antes, y como es este que les escribe. Por otra parte creo que alguien, con autoridad y, sin miedo a las papeletas, que cada cuatro años depositamos en las urnas debiera decir a los desinformados que España, mediante la Carta Magna, y el Estatuto de Melilla, art. 5º-H, ya contempla la ayuda para esos “huérfanos, y mudos musulmanes desprotegidos, que no encuentran atención a la hora de solicitar ayuda”. También mucha gente puede sentir un poco de bochorno, -yo no-, al saber que parte de sus impuestos va a parar a esa ayuda, para ciudadanos de otro país, país que ya ha puesto su “pica”, que no en Flandes, sino en nuestra ciudad, al recibir sus súbditos, que no ciudadanos, la ayuda que él no les presta como debiera. También los “quintacolumnistas”, que haberlos haylos, que bullen, o pululan, por la ciudad, debieran saber que en vez de la bandera que ellos desean que ondee en esa pica, solo verán una perenne negativa, que alguien irrespetuoso, y con jocosidad, que también haberlos, haylos, -yo no-, transformaría en un solemne y marcial corte de manga en dos tiempos.
domingo, 12 de abril de 2009
reflexiones sobre los albañales del PP
UNA OPINIÓN, A MODO DE RELATO CORTO
Para el muchacho, el abuelo era un rostro agradable en una foto antigua de color tabaco, junto con los recuerdos que el padre le contaba a menudo. Era la foto que le hicieron en Méjico, en 1940, cuando fue de peregrino de su patria, luminosa y sonriente, clausurada ésta en su coso por la sangre seca y negra por el odio. Fue uno de tantos embajadores, tristes y errantes, que envió Franco por todo el mundo. Otros sufrieron el destierro de la libertad en el interior de la España destrozada, donde algunos se hicieron filósofos de tanta lectura prohibida, y escondida del bisturí censor de los salvapatrias, impartiendo clases vigiladas por pocas pesetas, trayendo la dignidad a la irrespirable indecencia. Eran unos románticos que buscaban las verdaderas palabras que mucha gente arrojaba al cubo de la basura, como “estraperlo”, palabra procedente de un austriaco llamado Strau Perle, el que introdujo, fraudulentamente, en España, en 1934, unas máquinas tragaperras, dando origen a un escándalo político. Decían que era motivado por el soborno aceptado por destacadas figuras de la política. Yo conozco a un señor, de barba semanal, y bigote ralo, algo desaliñado en el vestir, pero limpio, que en todas las reuniones de antaño era el esquinado, observador y silencioso, quieto como en un velatorio nocturno, que cuando pronunciaba una frase, siendo tan lapidaria, ésta “iba a misa”. Hace unos días me dijo que en la actualidad haría falta una buena porción de palabras para denominar lo que circula por los albañales de algunos partidos políticos, con foto de familia altanera y blasonada, con sonrisas de confitura agria, que más que dimitir y pedir justicia, parece que exigen impunidad. Este noble anciano me enseñó el chiste de Forges, donde se ve un hombre que le pregunta a otro: “Buenas; desearía una desvergüenza”. El otro, muy solícito, le contesta: “Estatal, autonómica o municipal”.
Para el muchacho, el abuelo era un rostro agradable en una foto antigua de color tabaco, junto con los recuerdos que el padre le contaba a menudo. Era la foto que le hicieron en Méjico, en 1940, cuando fue de peregrino de su patria, luminosa y sonriente, clausurada ésta en su coso por la sangre seca y negra por el odio. Fue uno de tantos embajadores, tristes y errantes, que envió Franco por todo el mundo. Otros sufrieron el destierro de la libertad en el interior de la España destrozada, donde algunos se hicieron filósofos de tanta lectura prohibida, y escondida del bisturí censor de los salvapatrias, impartiendo clases vigiladas por pocas pesetas, trayendo la dignidad a la irrespirable indecencia. Eran unos románticos que buscaban las verdaderas palabras que mucha gente arrojaba al cubo de la basura, como “estraperlo”, palabra procedente de un austriaco llamado Strau Perle, el que introdujo, fraudulentamente, en España, en 1934, unas máquinas tragaperras, dando origen a un escándalo político. Decían que era motivado por el soborno aceptado por destacadas figuras de la política. Yo conozco a un señor, de barba semanal, y bigote ralo, algo desaliñado en el vestir, pero limpio, que en todas las reuniones de antaño era el esquinado, observador y silencioso, quieto como en un velatorio nocturno, que cuando pronunciaba una frase, siendo tan lapidaria, ésta “iba a misa”. Hace unos días me dijo que en la actualidad haría falta una buena porción de palabras para denominar lo que circula por los albañales de algunos partidos políticos, con foto de familia altanera y blasonada, con sonrisas de confitura agria, que más que dimitir y pedir justicia, parece que exigen impunidad. Este noble anciano me enseñó el chiste de Forges, donde se ve un hombre que le pregunta a otro: “Buenas; desearía una desvergüenza”. El otro, muy solícito, le contesta: “Estatal, autonómica o municipal”.
viernes, 10 de abril de 2009
El tarifit en las escuelas españolas
EL TARIFIT EN LAS ESCUELAS ESPAÑOLAS
Llevo varios días buceando por Internet, para ver si localizo que lo que se habla en el Rif es una lengua milenaria, y créanme, de verdad, que no lo he encontrado. Lo he buscado en la Wikipedia, que como saben, es una fabulosa y monumental enciclopedia en todas las materias, y solamente pude leer que el tarifit, o rifi, es una variedad de la lengua berebere, que es lo que se habla cerca de nuestras fronteras, o sea, el chelja. Se puede leer también que esta lengua no posee literatura escrita anterior al siglo XX, pero que la enseñanza oficial en Marruecos, introducida en el 2003, por Mohamed VI, ha optado por el alfabeto tifinagh, que es una recreación moderna de las escrituras usadas históricamente por los pueblos bereberes. Dice también que el tarifit es un subgrupo del tamazight, y que no está en las primeras cien (100) lenguas del mundo, y que Holanda es el país donde se concentran más personas que hablan esta lengua, y que en sus escuelas solo enseñan el holandés.
Esta pequeña exposición es debido a que CpM defiende, e intercede, “porque exista personal con conocimiento de esta lengua “milenaria” para atender a los alumnos de primaria, cuya lengua materna es el tamazight (tarifit)”, porque es “indignante que sean los grupos de la oposición (solo ECR y IU, partidarios de la entrega de Ceuta y Melilla a Marruecos) y otros parlamentos los que hagan ver la importancia que tiene esa lengua en nuestra ciudad”. También que deba servir de baremo para las oposiciones de la administración de la Ciudad, porque no solo tiene que velar por esa lengua, sino por toda la cultura amazight (rifeña) en general”.
A mi, qué quieren que les diga, como siempre, todo esto me huele a que quieren comparar el chelja, que es extranjero, con el catalán, euskera, bable, gallego, y las demás lenguas españolas que se hablan en las distintas CCAA. Porque, si el chelja es marroquí, extranjero: ¿a qué viene eso de que es necesario saber esa lengua para ser funcionario en Melilla, que es España?, y que con nuestros impuestos costeemos su enseñanza, cuando lo que verdaderamente se necesita saber es nuestro castellano, tan rico y variado, que es la segunda lengua en importancia en el mundo. Además que sería absurdo, e incomprensible, que a un vallisoletano, o a una muchacha de Quintanar de la Orden, al concederles un puesto como funcionario en Melilla, les obligaran conocer una lengua que no es la suya.
Yo recuerdo que cuando andaba con pantalones por las rodillas, mis padres me apuntaron en la academia Saavedra, en la Plaza de la Bandera de Marruecos, con don Felipe, un señor calvo, que nos “desasnaba” a muchos niños en pleno verano, por un precio, que a muchas familias les costaba abonar. A mi lo que más me gustaba de esa academia eran los recreos que hacíamos en el paseo, junto a la Cruz de los Caídos. Mi opinión es, que en nuestras escuelas los niños, como lo vienen haciendo por obligación institucional, aprendan el idioma de Cervantes, que es el de su país, España, y si sus padres, oriundos del Rif, o de otras partes de Marruecos, desean que sepan la lengua de sus ancestros, que lo paguen con sus peculios particulares. Aunque España, magnánima, como siempre ha sido con nuestros vecinos, ya en el art. 5º H del Estatuto de Autonomía de la Ciudad viene contemplada esa ayuda: “La promoción y estímulo de los valores de comprensión, respeto y aprecio de la pluralidad cultural y lingüística de la población melillense”. Fíjense que en 1759, cuando nuestro Rey Carlos III, le formuló una reclamación territorial al de Marruecos, Sidi Mohamed Ben Abdalah, éste le contestó: “(…) Hacer más lo prohíbe la ley, sujetémonos a lo que desde la antigüedad teníamos”. Si entonces Sidi Mohamed reconocía la españolidad de los territorios que España poseía en África, también en la actualidad el Estado Español igualmente reconoce, por medio del Estatuto de Melilla, la pluralidad cultural y lingüística de la población oriunda del Rif, en nuestra ciudad.
Llevo varios días buceando por Internet, para ver si localizo que lo que se habla en el Rif es una lengua milenaria, y créanme, de verdad, que no lo he encontrado. Lo he buscado en la Wikipedia, que como saben, es una fabulosa y monumental enciclopedia en todas las materias, y solamente pude leer que el tarifit, o rifi, es una variedad de la lengua berebere, que es lo que se habla cerca de nuestras fronteras, o sea, el chelja. Se puede leer también que esta lengua no posee literatura escrita anterior al siglo XX, pero que la enseñanza oficial en Marruecos, introducida en el 2003, por Mohamed VI, ha optado por el alfabeto tifinagh, que es una recreación moderna de las escrituras usadas históricamente por los pueblos bereberes. Dice también que el tarifit es un subgrupo del tamazight, y que no está en las primeras cien (100) lenguas del mundo, y que Holanda es el país donde se concentran más personas que hablan esta lengua, y que en sus escuelas solo enseñan el holandés.
Esta pequeña exposición es debido a que CpM defiende, e intercede, “porque exista personal con conocimiento de esta lengua “milenaria” para atender a los alumnos de primaria, cuya lengua materna es el tamazight (tarifit)”, porque es “indignante que sean los grupos de la oposición (solo ECR y IU, partidarios de la entrega de Ceuta y Melilla a Marruecos) y otros parlamentos los que hagan ver la importancia que tiene esa lengua en nuestra ciudad”. También que deba servir de baremo para las oposiciones de la administración de la Ciudad, porque no solo tiene que velar por esa lengua, sino por toda la cultura amazight (rifeña) en general”.
A mi, qué quieren que les diga, como siempre, todo esto me huele a que quieren comparar el chelja, que es extranjero, con el catalán, euskera, bable, gallego, y las demás lenguas españolas que se hablan en las distintas CCAA. Porque, si el chelja es marroquí, extranjero: ¿a qué viene eso de que es necesario saber esa lengua para ser funcionario en Melilla, que es España?, y que con nuestros impuestos costeemos su enseñanza, cuando lo que verdaderamente se necesita saber es nuestro castellano, tan rico y variado, que es la segunda lengua en importancia en el mundo. Además que sería absurdo, e incomprensible, que a un vallisoletano, o a una muchacha de Quintanar de la Orden, al concederles un puesto como funcionario en Melilla, les obligaran conocer una lengua que no es la suya.
Yo recuerdo que cuando andaba con pantalones por las rodillas, mis padres me apuntaron en la academia Saavedra, en la Plaza de la Bandera de Marruecos, con don Felipe, un señor calvo, que nos “desasnaba” a muchos niños en pleno verano, por un precio, que a muchas familias les costaba abonar. A mi lo que más me gustaba de esa academia eran los recreos que hacíamos en el paseo, junto a la Cruz de los Caídos. Mi opinión es, que en nuestras escuelas los niños, como lo vienen haciendo por obligación institucional, aprendan el idioma de Cervantes, que es el de su país, España, y si sus padres, oriundos del Rif, o de otras partes de Marruecos, desean que sepan la lengua de sus ancestros, que lo paguen con sus peculios particulares. Aunque España, magnánima, como siempre ha sido con nuestros vecinos, ya en el art. 5º H del Estatuto de Autonomía de la Ciudad viene contemplada esa ayuda: “La promoción y estímulo de los valores de comprensión, respeto y aprecio de la pluralidad cultural y lingüística de la población melillense”. Fíjense que en 1759, cuando nuestro Rey Carlos III, le formuló una reclamación territorial al de Marruecos, Sidi Mohamed Ben Abdalah, éste le contestó: “(…) Hacer más lo prohíbe la ley, sujetémonos a lo que desde la antigüedad teníamos”. Si entonces Sidi Mohamed reconocía la españolidad de los territorios que España poseía en África, también en la actualidad el Estado Español igualmente reconoce, por medio del Estatuto de Melilla, la pluralidad cultural y lingüística de la población oriunda del Rif, en nuestra ciudad.
sábado, 4 de abril de 2009
a Mustafa Mansouri
A MUSTAFA MANSOURI
El Presidente de la Cámara Baja de Marruecos, Mustafá Mansouri, que preside la Agrupación Nacional de Independientes (RNI), va a investigar el caso de las víctimas de armas químicas utilizadas por España, contra los habitantes del Rif, durante la guerra del los años veinte del pasado siglo. Dice que posee “documentos que prueban los horrores perpetrados en el Rif”, y que está en su derecho de “demandar indemnizaciones en beneficio de las víctimas de la guerra química española”. Como el espacio en los periódicos, es tan preciado, voy a replicarle lo más compendioso posible, más bien, como un telegrama. El 14/02/2007, a raíz de una petición de los separatistas catalanes (ERC), que instaban al Gobierno a asumir compensaciones económicas para los afectados, el Congreso de los Diputados ya les dijo que no había nada que hacer. Sus razones tendrían, creo. Sin enumerar las 144 posiciones que España tenía en el territorio, compuestas por 25.700 hombres, solo citaré como muestra a Annual, Abarrán, Ben Tieb, Buy Meyán, Yebel Uddia, Tizi Azza, Buhafora, Igueriben y Dar Drius. En Abarrán, el 1/06/1921, los miembros de la policía nativa se amotinaron, y de los 250 hombres que había en la posición, 179 fueron pasados a cuchillo, incluyendo el capitán Salafranca. En Dar Quebdana, después de que el comandante parlamentara con los atacantes, para convertirse en prisioneros, él y la totalidad de las fuerzas fueron descuartizados con total sangre fría. En Kart el Bax, las tropas nativas al servicio de España, se pasaron a las filas de los rifeños, no sin antes degollar a sus oficiales. El 9/08/1921, en Monte Arruit, después de que el General Navarro hubiera concertado una rendición formal, y tan pronto como los míseros defensores cesaran de disparar, los rifeños irrumpieron en el campamento, haciendo salvajemente, la gran matanza de casi 2.700 soldados españoles. En la retirada, entre Nador y Zeluán, se podían ver cuerpos mutilados, sin ojos, sin lengua o sin genitales; cuerpos violados por las estacas de las alambradas, o con las manos atadas con sus mismos intestinos; algunos decapitados, sin brazos, ni piernas. Entonces la prensa española llamaba a Marruecos: “Cementerio de la Juventud de España”, un saco roto, donde se iba gran parte de la riqueza nacional. También sabrá Mansouri, que Abdelkrím, por los 570 prisioneros moribundos que le entregó a España, trincó cuatro millones de pesetas, de aquéllos años, por medio de su amigo, Horacio Echevarrieta. Igualmente debiera pedir perdón a los familiares por esos viles asesinatos de prisioneros indefensos, que fueron masacrados después de rendirse. Y también agradecer a España los miles de millones que nos cuesta a los contribuyentes españoles el mantener a sus súbditos (no ciudadanos) que residen en nuestro territorio, algunos sin pegar un palo al agua, cobrando pensiones similares a las que cobran los españoles. También debiera pedir perdón y dar las gracias a las autoridades de las dos ciudades hermanas, Ceuta y Melilla, por el aluvión de súbditos que residen en ellas, siendo tratados como iguales, a pesar de tener la doble nacionalidad, y con representación política incluida. También debiera fomentar con todas sus fuerzas que en su país no se tratara a las mujeres como esclavas. También debiera pedir perdón al pueblo saharaui, por lo que le están haciendo desde hace décadas. En fin, Mansouri, solo me resta decirle que, de paso que reflexiona sobre todo esto, con su desfachatez de pedigüeño, se vaya a hacer encajes de bolillos, que es lo que comúnmente en mi tierra, Melilla, llamamos: puñetas.
El Presidente de la Cámara Baja de Marruecos, Mustafá Mansouri, que preside la Agrupación Nacional de Independientes (RNI), va a investigar el caso de las víctimas de armas químicas utilizadas por España, contra los habitantes del Rif, durante la guerra del los años veinte del pasado siglo. Dice que posee “documentos que prueban los horrores perpetrados en el Rif”, y que está en su derecho de “demandar indemnizaciones en beneficio de las víctimas de la guerra química española”. Como el espacio en los periódicos, es tan preciado, voy a replicarle lo más compendioso posible, más bien, como un telegrama. El 14/02/2007, a raíz de una petición de los separatistas catalanes (ERC), que instaban al Gobierno a asumir compensaciones económicas para los afectados, el Congreso de los Diputados ya les dijo que no había nada que hacer. Sus razones tendrían, creo. Sin enumerar las 144 posiciones que España tenía en el territorio, compuestas por 25.700 hombres, solo citaré como muestra a Annual, Abarrán, Ben Tieb, Buy Meyán, Yebel Uddia, Tizi Azza, Buhafora, Igueriben y Dar Drius. En Abarrán, el 1/06/1921, los miembros de la policía nativa se amotinaron, y de los 250 hombres que había en la posición, 179 fueron pasados a cuchillo, incluyendo el capitán Salafranca. En Dar Quebdana, después de que el comandante parlamentara con los atacantes, para convertirse en prisioneros, él y la totalidad de las fuerzas fueron descuartizados con total sangre fría. En Kart el Bax, las tropas nativas al servicio de España, se pasaron a las filas de los rifeños, no sin antes degollar a sus oficiales. El 9/08/1921, en Monte Arruit, después de que el General Navarro hubiera concertado una rendición formal, y tan pronto como los míseros defensores cesaran de disparar, los rifeños irrumpieron en el campamento, haciendo salvajemente, la gran matanza de casi 2.700 soldados españoles. En la retirada, entre Nador y Zeluán, se podían ver cuerpos mutilados, sin ojos, sin lengua o sin genitales; cuerpos violados por las estacas de las alambradas, o con las manos atadas con sus mismos intestinos; algunos decapitados, sin brazos, ni piernas. Entonces la prensa española llamaba a Marruecos: “Cementerio de la Juventud de España”, un saco roto, donde se iba gran parte de la riqueza nacional. También sabrá Mansouri, que Abdelkrím, por los 570 prisioneros moribundos que le entregó a España, trincó cuatro millones de pesetas, de aquéllos años, por medio de su amigo, Horacio Echevarrieta. Igualmente debiera pedir perdón a los familiares por esos viles asesinatos de prisioneros indefensos, que fueron masacrados después de rendirse. Y también agradecer a España los miles de millones que nos cuesta a los contribuyentes españoles el mantener a sus súbditos (no ciudadanos) que residen en nuestro territorio, algunos sin pegar un palo al agua, cobrando pensiones similares a las que cobran los españoles. También debiera pedir perdón y dar las gracias a las autoridades de las dos ciudades hermanas, Ceuta y Melilla, por el aluvión de súbditos que residen en ellas, siendo tratados como iguales, a pesar de tener la doble nacionalidad, y con representación política incluida. También debiera fomentar con todas sus fuerzas que en su país no se tratara a las mujeres como esclavas. También debiera pedir perdón al pueblo saharaui, por lo que le están haciendo desde hace décadas. En fin, Mansouri, solo me resta decirle que, de paso que reflexiona sobre todo esto, con su desfachatez de pedigüeño, se vaya a hacer encajes de bolillos, que es lo que comúnmente en mi tierra, Melilla, llamamos: puñetas.
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