EL TARIFIT EN LAS ESCUELAS ESPAÑOLAS
Llevo varios días buceando por Internet, para ver si localizo que lo que se habla en el Rif es una lengua milenaria, y créanme, de verdad, que no lo he encontrado. Lo he buscado en la Wikipedia, que como saben, es una fabulosa y monumental enciclopedia en todas las materias, y solamente pude leer que el tarifit, o rifi, es una variedad de la lengua berebere, que es lo que se habla cerca de nuestras fronteras, o sea, el chelja. Se puede leer también que esta lengua no posee literatura escrita anterior al siglo XX, pero que la enseñanza oficial en Marruecos, introducida en el 2003, por Mohamed VI, ha optado por el alfabeto tifinagh, que es una recreación moderna de las escrituras usadas históricamente por los pueblos bereberes. Dice también que el tarifit es un subgrupo del tamazight, y que no está en las primeras cien (100) lenguas del mundo, y que Holanda es el país donde se concentran más personas que hablan esta lengua, y que en sus escuelas solo enseñan el holandés.
Esta pequeña exposición es debido a que CpM defiende, e intercede, “porque exista personal con conocimiento de esta lengua “milenaria” para atender a los alumnos de primaria, cuya lengua materna es el tamazight (tarifit)”, porque es “indignante que sean los grupos de la oposición (solo ECR y IU, partidarios de la entrega de Ceuta y Melilla a Marruecos) y otros parlamentos los que hagan ver la importancia que tiene esa lengua en nuestra ciudad”. También que deba servir de baremo para las oposiciones de la administración de la Ciudad, porque no solo tiene que velar por esa lengua, sino por toda la cultura amazight (rifeña) en general”.
A mi, qué quieren que les diga, como siempre, todo esto me huele a que quieren comparar el chelja, que es extranjero, con el catalán, euskera, bable, gallego, y las demás lenguas españolas que se hablan en las distintas CCAA. Porque, si el chelja es marroquí, extranjero: ¿a qué viene eso de que es necesario saber esa lengua para ser funcionario en Melilla, que es España?, y que con nuestros impuestos costeemos su enseñanza, cuando lo que verdaderamente se necesita saber es nuestro castellano, tan rico y variado, que es la segunda lengua en importancia en el mundo. Además que sería absurdo, e incomprensible, que a un vallisoletano, o a una muchacha de Quintanar de la Orden, al concederles un puesto como funcionario en Melilla, les obligaran conocer una lengua que no es la suya.
Yo recuerdo que cuando andaba con pantalones por las rodillas, mis padres me apuntaron en la academia Saavedra, en la Plaza de la Bandera de Marruecos, con don Felipe, un señor calvo, que nos “desasnaba” a muchos niños en pleno verano, por un precio, que a muchas familias les costaba abonar. A mi lo que más me gustaba de esa academia eran los recreos que hacíamos en el paseo, junto a la Cruz de los Caídos. Mi opinión es, que en nuestras escuelas los niños, como lo vienen haciendo por obligación institucional, aprendan el idioma de Cervantes, que es el de su país, España, y si sus padres, oriundos del Rif, o de otras partes de Marruecos, desean que sepan la lengua de sus ancestros, que lo paguen con sus peculios particulares. Aunque España, magnánima, como siempre ha sido con nuestros vecinos, ya en el art. 5º H del Estatuto de Autonomía de la Ciudad viene contemplada esa ayuda: “La promoción y estímulo de los valores de comprensión, respeto y aprecio de la pluralidad cultural y lingüística de la población melillense”. Fíjense que en 1759, cuando nuestro Rey Carlos III, le formuló una reclamación territorial al de Marruecos, Sidi Mohamed Ben Abdalah, éste le contestó: “(…) Hacer más lo prohíbe la ley, sujetémonos a lo que desde la antigüedad teníamos”. Si entonces Sidi Mohamed reconocía la españolidad de los territorios que España poseía en África, también en la actualidad el Estado Español igualmente reconoce, por medio del Estatuto de Melilla, la pluralidad cultural y lingüística de la población oriunda del Rif, en nuestra ciudad.
viernes, 10 de abril de 2009
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