sábado, 4 de abril de 2009

a Mustafa Mansouri

A MUSTAFA MANSOURI
El Presidente de la Cámara Baja de Marruecos, Mustafá Mansouri, que preside la Agrupación Nacional de Independientes (RNI), va a investigar el caso de las víctimas de armas químicas utilizadas por España, contra los habitantes del Rif, durante la guerra del los años veinte del pasado siglo. Dice que posee “documentos que prueban los horrores perpetrados en el Rif”, y que está en su derecho de “demandar indemnizaciones en beneficio de las víctimas de la guerra química española”. Como el espacio en los periódicos, es tan preciado, voy a replicarle lo más compendioso posible, más bien, como un telegrama. El 14/02/2007, a raíz de una petición de los separatistas catalanes (ERC), que instaban al Gobierno a asumir compensaciones económicas para los afectados, el Congreso de los Diputados ya les dijo que no había nada que hacer. Sus razones tendrían, creo. Sin enumerar las 144 posiciones que España tenía en el territorio, compuestas por 25.700 hombres, solo citaré como muestra a Annual, Abarrán, Ben Tieb, Buy Meyán, Yebel Uddia, Tizi Azza, Buhafora, Igueriben y Dar Drius. En Abarrán, el 1/06/1921, los miembros de la policía nativa se amotinaron, y de los 250 hombres que había en la posición, 179 fueron pasados a cuchillo, incluyendo el capitán Salafranca. En Dar Quebdana, después de que el comandante parlamentara con los atacantes, para convertirse en prisioneros, él y la totalidad de las fuerzas fueron descuartizados con total sangre fría. En Kart el Bax, las tropas nativas al servicio de España, se pasaron a las filas de los rifeños, no sin antes degollar a sus oficiales. El 9/08/1921, en Monte Arruit, después de que el General Navarro hubiera concertado una rendición formal, y tan pronto como los míseros defensores cesaran de disparar, los rifeños irrumpieron en el campamento, haciendo salvajemente, la gran matanza de casi 2.700 soldados españoles. En la retirada, entre Nador y Zeluán, se podían ver cuerpos mutilados, sin ojos, sin lengua o sin genitales; cuerpos violados por las estacas de las alambradas, o con las manos atadas con sus mismos intestinos; algunos decapitados, sin brazos, ni piernas. Entonces la prensa española llamaba a Marruecos: “Cementerio de la Juventud de España”, un saco roto, donde se iba gran parte de la riqueza nacional. También sabrá Mansouri, que Abdelkrím, por los 570 prisioneros moribundos que le entregó a España, trincó cuatro millones de pesetas, de aquéllos años, por medio de su amigo, Horacio Echevarrieta. Igualmente debiera pedir perdón a los familiares por esos viles asesinatos de prisioneros indefensos, que fueron masacrados después de rendirse. Y también agradecer a España los miles de millones que nos cuesta a los contribuyentes españoles el mantener a sus súbditos (no ciudadanos) que residen en nuestro territorio, algunos sin pegar un palo al agua, cobrando pensiones similares a las que cobran los españoles. También debiera pedir perdón y dar las gracias a las autoridades de las dos ciudades hermanas, Ceuta y Melilla, por el aluvión de súbditos que residen en ellas, siendo tratados como iguales, a pesar de tener la doble nacionalidad, y con representación política incluida. También debiera fomentar con todas sus fuerzas que en su país no se tratara a las mujeres como esclavas. También debiera pedir perdón al pueblo saharaui, por lo que le están haciendo desde hace décadas. En fin, Mansouri, solo me resta decirle que, de paso que reflexiona sobre todo esto, con su desfachatez de pedigüeño, se vaya a hacer encajes de bolillos, que es lo que comúnmente en mi tierra, Melilla, llamamos: puñetas.

No hay comentarios: