sábado, 18 de abril de 2009

España es madre, no madrastra

ESPAÑA SIEMPRE HA SIDO MADRE, NO MADRASTRA
No estaba seguro si titular este escrito: “Contra la insatisfecha bulimia de las palabras”, o: “España siempre ha sido madre, no madrastra”. Al final me he decidido por éste último, que creo más conveniente, y más familiar y cariñoso; por lo de madre, me refiero, que como saben solo hay una. Hace unos días leía en estas mismas páginas que alguien, que al parecer padece de bulimia de palabras, y sin cortarse un pelo en sus comentarios, decía que en Melilla hay un paulatino reemplazo de un colectivo decadente, por otro más pujante, que se ve en todos los ámbitos de la ciudad. Si no me equivoco, imagino que el decadente se refería al español que lleva en la ciudad desde 1497, más o menos desde que es España, -sin la preposición: de-, como, por ejemplo: Estopiñán, López Moreno, Miguel de Perea, Martín Zermeño, Margallo, Manuel Buceta, Enrique Nieto, Julio Benítez, Guerrero Strachan, Carcaño, y tantos miles de compatriotas que dieron sus vidas por este trocito de España; y si alguien tiene curiosidad solo debe darse un paseo por nuestro Cementerio, y leer algunos de los nombres en las viejas lápidas, ya sean personales o colectivas. Y como es natural el colectivo pujante sería el musulmán. Pero claro, que, a mucha gente le gustaría que especificaran si estos pujantes ciudadanos, son los musulmanes-marroquíes, que residen en la ciudad, disfrutando de nuestra democracia, que al cruzar nuestras fronteras, paren sus mujeres en nuestros hospitales, hospitales que costeamos todos con nuestros impuestos, -es un ejemplo-. También los musulmanes que tienen la doble nacionalidad, que mientras ponen un pie en Beni Enzar son marroquíes, y si lo hacen en el lado nuestro fronterizo, como “entre Pinto y Valdemoro”, son españoles, de toda la vida, o desde 1986, o también los que sencilla y llanamente son musulmanes-españoles; españoles como lo fueron los que he citado antes, y como es este que les escribe. Por otra parte creo que alguien, con autoridad y, sin miedo a las papeletas, que cada cuatro años depositamos en las urnas debiera decir a los desinformados que España, mediante la Carta Magna, y el Estatuto de Melilla, art. 5º-H, ya contempla la ayuda para esos “huérfanos, y mudos musulmanes desprotegidos, que no encuentran atención a la hora de solicitar ayuda”. También mucha gente puede sentir un poco de bochorno, -yo no-, al saber que parte de sus impuestos va a parar a esa ayuda, para ciudadanos de otro país, país que ya ha puesto su “pica”, que no en Flandes, sino en nuestra ciudad, al recibir sus súbditos, que no ciudadanos, la ayuda que él no les presta como debiera. También los “quintacolumnistas”, que haberlos haylos, que bullen, o pululan, por la ciudad, debieran saber que en vez de la bandera que ellos desean que ondee en esa pica, solo verán una perenne negativa, que alguien irrespetuoso, y con jocosidad, que también haberlos, haylos, -yo no-, transformaría en un solemne y marcial corte de manga en dos tiempos.

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