LA ABSURDA TOZUDEZ DE PETER CARUANA
Me ha parecido más suavito la palabra: “tozudez”, que: “chulería”, lo que el ministro de Gibraltar hace siempre sobre España. Esta vez es por las aguas territoriales, que él dice que son suyas. Peter Caruana, con ese acento tan andaluz, propio de los llanitos, cree que torear a su placer a España, cada vez que le venga en ganas, le va a salir gratis. El hombre siempre se hace el longuis con el artículo X del Tratado, que en la ciudad de Utrech, el 13 de Julio de 1713, firmaron la “mal-gobernada” España y la siempre “ladina, y taimada” Britania, que entre otras cosas dice: “(…), Que la dicha propiedad se cede a la Gran Bretaña SIN JURISDICCIÓN ALGUNA TERRITORIAL, Y SIN COMUNICACIÓN ALGUNA ABIERTA CON EL PAÍS CIRCUNVECINO. (….), SI EN ALGÚN TIEMPO LA CORONA DE LA GRAN BRETAÑA LE PARECIERE CONVENIENTE DAR, VENDER, O ENAJENAR DE CUALQUIER MODO LA PROPIEDAD DE LA DICHA CIUDAD DE GIBRALTAR, SE HA CONVENIDO Y CONCORDADO POR ESTE TRATADO QUE SIEMPRE SE DARÁ A LA CORONA DE ESPAÑA LA PRIMERA ACCIÓN ANTES QUE A OTROS (Caruana y sus antecesores) PARA REDIMRILA”. No sé lo que nuestro ministro Moratinos, y su homólogo Milibanad, van a acordar el martes en Madrid, yo como español, he pensado, desde que tengo en perfecto estado el uso de la razón, igual que muchos compatriotas de todas las épocas, como el gran Carlos III decía: “Gibraltar es como una piedrecita en el zapato de España”. El liberal y progresista, Modesto Lafuente: “La pérdida de un mundo entero nos ha sido costosa y funesta, que la de esa enorme y desarmada roca enclavada en nuestro suelo patrio”. El clarividente político conservador, Cánovas del Castillo, (que no se parece en nada a sus sucesores actuales): “Por más que Inglaterra y España sean aliadas naturales en la política general del mundo, son y deben ser, mortales e irreconciliables, legítimas enemigas ahora y siempre, mientras posea Gibraltar la primera”. El Ministro de Instrucción Pública durante la II República, Salvador de Madariaga: “Para mí, el problema de Gibraltar, no es tanto la cosa que los españoles definan, sino la cosa que define a los españoles. Que España quiere Gibraltar no puede ni discutirse. No sería España si no lo quisiera. Gibraltar, el Gibraltar que España pide y quiere, es cuerpo del cuerpo de España”. Y Francisco Franco, nuestro Caudillo, por Dios y por España, (lo decían las monedas), el que detentó el poder durante 40 años, que en 1956 dijo: “Su situación geográfica la ha colocado modernamente a nuestra merced, pero la gran verdad es que Gibraltar, no vale una guerra (y él sabía mucho de ellas). Se trata de una fruta que cualquier día puede caer madura”.
Yo pienso que, hablar de Gibraltar y, desarrollar los artículos del Tratado de Utrech, sería bucear en aquéllos funestos años de la Historia de España, y como es natural, también se necesitarían muchas páginas. Yo recomiendo que leáis a Jesús Salafranca en: “Melilla y Ceuta en la encrucijada de Gibraltar”. En la parte que se refiere a Gibraltar hace una resumida, pero muy condensada referencia histórica, que vale la pena leerla. Y puestos en ello, le dais un buen repaso a la de nuestras dos ciudades hermanas, que bastante falta les hace a mucha gente que tienen un pié en Beni Enzar y el otro en la Hípica. Pero ese es otro tema que, como decía Jordi Pujol, ahora no toca.
domingo, 19 de julio de 2009
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