UNA DE PASODOBLES
Si en la actualidad, alguien me preguntase si aún soy músico, le contestaría: que en parte, solo a medias, y con pesar. Pero en el solfeo, es como montar en bicicleta, que jamás se olvida; pero la práctica de cualquier instrumento, si no se machaca diariamente, llega el momento de perder la embocadura, como a mi me ocurrió con el trombón. Pero ahora, eso si, la afición a escuchar una partitura que te gusta, mientras lees, escribes, trabajas, o conduces tu coche, hay que reconocer que es una gozada. Yo, como ya tengo una edad, que si observo un cuadro, un edificio modernista, de los muchos que existen en nuestra ciudad, o un paisaje bucólico de río que discurre en una arboleda quieta, siento una verdadera felicidad. Pero también siento extrañeza, dándome que pensar, que alguien pueda confundir un genocidio, que es el exterminio sistemático de un grupo social (personas) por motivo de raza, de etnia, de religión, de política, o de nacionalidad, por la afición a la mal llamada: “fiesta nacional”, como son los toros. Y si después de llamar a esos aficionados a la “fiesta”: “chusma nacional e internacional”, recomendándole una cura psiquiátrica, le endiña a uno de ellos: “un cordial y afectuoso saludo”, pienso que no concuerdan, no casan las definiciones; claro que lo cortés no quita lo valiente, aunque a alguien con una mente guasona, le pueda parecer una burla fina y disimulada, que para el castellano de a pie, es una pura, y dura, ironía. Como al principio les decía, y también escribo estas líneas sobre la “fiesta nacional”, (manda huevos, como diría el del “Yak”, porque eso si que es una ironía), estoy escuchando: “Pan y Toros”, y si me da tiempo, seguiré con “El Gato Montés”, “Frascuelo”, “España Cañí”, “La Gracia de Dios”, y para rematar la audición me deleitaré con “Suspiros de España”, que como sabrán es una marcha militar, como todos los pasodobles, que se interpreta en compás de 2/4, en “allegro moderato”, pero si se hace “andante”, suena como una zambra, que es lo que algunas personas debieran escuchar más a menudo.
Sin que este humilde escrito sirva de polémica, diré que todos los animales irracionales, como son seres vivos, iguales que los árboles, y todas las demás plantas que nos dan vida, debemos respetar y cuidar. Dado que los españoles somos tan especiales para los refranes, sabrán que existe un refrán, que los vegetarianos no aprobarían, pero como no tiene demasiada importancia, léanlo con algo de eufemismo: “Ni te las quito, ni te las cuento; pero trece maravillas salen de un puerco”. Cuéntenlas, y ya me dirán, si las han catado alguna vez, incluidos los amantes de los seres vivos irracionales.
sábado, 25 de julio de 2009
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