sábado, 14 de noviembre de 2009

Mi opinión sobre el Levantamiento del Stio de Melilla (1775)

Hace unos días se celebró el 233 aniversario del Levantamiento del Sitio, y como era lógico y natural, los de CpM no han acudido al evento. No sé, pero creo que ese gesto les honra, a ellos solamente, claro está, y no acuden quizás porque fue una derrota del Sultán Mohamed, y de sus hijos Alí, y Maimón. Nuestra bandera, como dice Imbroda, “nos da amparo, y es como un manto a todos los melillenses”, y yo pregunto: ¿de verdad que se consideran españoles?, porque melillenses si que lo son, si es que tienen la nacionalidad española, y no como algunos que poseen las dos, como aquello de estar en Pinto y en Valdemoro, o en Beni Enzar y en la Hípica, o también en las Verdes y en las Maduras, que más bien en estas últimas. El Presidente dice que ese acto se celebrará “hasta que los melillenses quieran, aunque los que después sigan gobernando tendrán que seguir haciéndolo porque este acto no se puede terminar”. La tradición, la convivencia, y la Historia (ésta, con mayúscula) jamás debemos apartarlas de nuestra vida diaria; porque son las nuestras, tan españolas, como las fallas valencianas, o la Feria de Abril sevillana, sin aditivos extraños, provenientes del otro lado de Beni Enzar, que las hacen ser descafeinadas para muchas miradas ignorantes, algunas capciosas y descalificadoras desde esta otra orilla peninsular; como algunos programas de TV, donde únicamente sacan la inmigración y los barrios del arrabal, como los del Príncipe Alfonso, La Cañada de la Muerte, o el de Los Cuernos, omitiendo lo que los distintos gobiernos del Estado, en todas las épocas, han invertido en la Ciudad, y que los locales, con sus tiras y aflojas, dimes y diretes, han llevado a cabo como mejor han podido, resultando lo que hoy podemos disfrutar en nuestras calles.

Aunque sea “un acto oficial, y a veces, al margen de la vida cotidiana”, para mucha gente no nos valen disculpas hacia nadie, y mucho menos a los que son representantes de los que los han votado; cosa que si un político acude a ella, que sea en representación de su partido, o sea, de esos miles de personas, y no ir sola y de “esquinilla”. Porque ya me gustaría saber si la representante del PSOE acudió en representación de su partido o fue por propia iniciativa personal, que también es de admirar.

El señor Aznar, ¡ay!, señor José María, patético héroe de Perejil, el mejor Presidente de la democracia, según los suyos, aun siente de veras que hizo lo que debía, al enviar tropas a Irak, a pesar del gran clamor de toda España donde le decían, ladrando el rencor por las esquinas: “¡No a la guerra!”. Según este señor: “En Irak hay libertad, seguridad no idílica, pero buena”. Pienso que alabando la virtud, como es la discreción, Salomón dijo: “Quien guarda su boca, guarda su alma”. Y en nuestro refranero se suele decir: “Yo sé que me sé, mas esto callarlo he”.

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