sábado, 14 de noviembre de 2009

Un partido de futbol entre niñosricos y niños pobres

Leyendo el último artículo: “El Balón”, de Manuel Vicent, (El País, domingo 06/09/09), refiriéndose a un partido de fútbol en un arrabal, entre niños ricos y niños pobres, mientras los pobres daban patadas a una pelota de trapo, los ricos lo hacían sobre un balón de verdad, siendo éste de propiedad de un niño rico y caprichoso, que cuando invitaba a los pobres -por lástima- a jugar un partido, y estos le iban ganando, sin mediar palabra, cogía su balón y: ¡hale, se acabó!, como el balón es mío, aquí no juega nadie. Vicent, haciendo un símil del niño rico y su balón, con la derecha española, se refiere a que este grupo político se ha creído siempre dueño del balón, cuando propiamente es el Estado el dueño del balón de reglamento, con el que todos tenemos el derecho a jugar con él, respetando las instituciones, que para el caso son ese reglamento. Dice Vicent que “cuando el PP se siente perdido, atrapado por la corrupción de algunos de sus políticos”, se cabrea y, sin inmutarse, carga contra todo lo que se menea, comportándose como el niño rico, dueño del balón: “como me estáis metiendo tantos goles, me llevo “mi” balón, ¡hale!”. El escritor castellonense dice que la izquierda debería saber –a estas alturas- que solo será admitida en el juego si conserva intacto su “acomplejamiento de okupa en el partido de fútbol”, comportándose como invitada, o a lo sumo como realquilada, respetando las reglas del amo, puesto que la derecha se siente por naturaleza la dueña de la cancha, del balón, y del árbitro”. Yo digo que cuando en España todo marcha cojonudamente, la derecha no reparte nada de beneficios, siendo todo de ella, y para ella; pero cuando va mal, como ahora ocurre en el mundo mundial, los sacrificios que los sufra la izquierda.

No hay comentarios: